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El Plan de Alfabetización tiene un reto de muchas letras

SANTO DOMINGO. Los analfabetas en República Dominicana van desde la A hasta la Z. En el censo poblacional de 2010 se registraron 851,396 iletrados mayores de 14 años, con un constante crecimiento a medida que avanza la edad. Se estima que alrededor de un millón de dominicanos no saben leer ni escribir, pero de esos menos del 15% corresponde a infantes.

Con una realidad tan evidente, el presidente Danilo Medina anunció el 10 de septiembre de 2012 el lanzamiento del Plan Nacional de Alfabetización, el cual tomó cuatro meses de preparación y en enero de este año iniciaron las clases.

El director del Plan, Pedro Luis Castellanos, aclaró que la fecha en que tienen previsto concluya el programa es diciembre de 2014, no el 8 de septiembre de 2013 como había anunciado el presidente Medina en su discurso de lanzamiento.

La idea de reducir a la mínima expresión el analfabetismo en el territorio nacional no es una iniciativa propia del Presidente. Antes de iniciar este programa habían fracasado cuatro desde 1991. De hecho, desde esa fecha hasta el 2011 se pasó de un 17.7% a un 10% de analfabetas. Dos décadas con muchos planes y sólo se redujo siete puntos el porcentaje.

La pregunta que ahora cae por su propio peso es ¿cómo se logrará erradicar el analfabetismo en dos años si no se pudo en 20?



Lo primero que se debe aclarar es que la Organización de las Naciones Unidas establece que un país libre de analfabetismo es aquel cuya población iletrada no supera el 5%. Por eso Bolivia, con un índice de 3,4%, fue declarada en el 2008 libre de analfabetismo, lo mismo que Nicaragua con un 4,73% en el 2009 y Perú en el 2001 con un 3%.

Entonces, el reto para este país caribeño no sería alfabetizar 851,396 del total de iletrados mayor de 14 años, sino 500,001 como mínimo, la misma cantidad que se ha propuesto el gobierno inscribir antes de culminar el 2013, conclusión obtenida de acuerdo a la estimación de un millón de personas que no saben leer ni escribir según la ONE en el censo de 2010.

Luis Holguín Veras, miembro del equipo técnico de la Junta Nacional de Alfabetización, precisó que el proceso para que una persona aprenda a leer y escribir es de seis meses, estudiando por lo menos una hora por día.



Si la meta es lograr el objetivo en diciembre de 2014, quiere decir que para julio del año entrante debería cerrar la inscripción para nuevos grupos, por lo que al trabajo de captación de personas para ser alfabetizadas ya le queda menos de un año. Holguín coincide con esto.

Empero, para el 26 de julio del año en curso ya se habían inscrito 314,587 personas para ser alfabetizadas. La media mensual ronda los 44,941, por lo que de mantenerse la tendencia la estimación para final de año sería de 539,292 registrados, lo que superaría por mucho la estimación oficial.

Pese a lo que arrojan los números, el Plan Nacional de Alfabetización debe tener una metodología distinta a los programas anteriores para no fracasar. Como bien señala Miriam Camilo Recio, directora general de Educación de Jóvenes y Adultos, "una cosa es que se integren 500,000 y otra es que logren alfabetizarse".

Aunque Holguín dice que la cantidad de desertores es ínfima, sería pertinente conocer esa población. Lamentablemente esos datos no fueron revelados porque todavía no se han tabulado.

¿Cómo llegar a la meta?

Tanto Miriam Camilo Recio como Luis Holguín enumeran cinco razones que prometen éxito para el Plan Nacional de Alfabetización: 1- es una prioridad del propio presidente Danilo Medina; 2- cuentan con los recursos suficientes para proporcionar los materiales a cada interesado o interesada; 3- todos los organismos del Estado han hecho suya la propuesta; 4- la población se ha integrado al plan; 5- aprovecharon la experiencia de programas anteriores para crear textos de fácil comprensión.



En el nuevo material distribuido utilizaron las recomendaciones y sugerencias hechas a los de anteriores programas. Cambiaron la tipografía, utilizaron infografías simples, fotos de personas de todas las clases sociales, incluyendo minusválidos, y visualmente tiene equilibrio entre texto e imagen.

Camilo señala que en todos los países latinoamericanos, exceptuando Cuba, la alfabetización de adultos ha sido un tema marginado, pero con el compromiso del presidente dominicano el Plan se coloca por encima de otros implementados en países de la región.

Califica de "histórica" la captación de más de 25 mil alfabetizadores en solo siete meses, lo que demuestra que el Plan ha unido a todos los partidos, religiones y grupos sociales para conseguir un objetivo común.

Uno de los problemas que siempre ha perjudicado el aprendizaje en las escuelas es la cantidad masiva de alumnos en una misma aula, por lo que los núcleos de alfabetización no superan las 15 personas, lo que posibilita una relación más estrecha de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo... hay obstáculos

La doctora Milagros Ortiz Bosch, secretaria de Educación en el cuatrienio 2000-2004, considera que "Quisqueya aprende contigo" es un plan ambicioso que requiere un tiempo mayor para completarse.

"Los países que han logrado eliminar el analfabetismo lo han hecho bajo grandes condiciones políticas y sociales, o por procesos sostenidos de inversión adecuada en el sistema, que no creo sea el caso de nuestro país", apuntó.

 

Cree que el tiempo de dos años que se ha planteado el gobierno para erradicar el analfabetismo es muy corto, aunque aplaude la iniciativa. Se pregunta si hay suficientes maestros para supervisar y darle seguimiento al programa, y si todos los voluntarios manejan la metodología adecuada para enseñar a leer y escribir.

Sobre las retrancas Holguín manifiesta: "Hay una proporción de personas que tienen condiciones que le impiden alfabetizarse: problemas psiquiátricos, cognitivos o un grado muy bajo de motivación. Lo que no queremos es que, por un aspecto técnico, la alfabetización no deje de llegar a cada rincón del país".

Y sobre ese último punto hay que señalar que todavía existen comunidades en el país donde no ha llegado el pan de la enseñanza. Para eso ya tienen una estrategia de ir casa por casa e identificar esas personas que son iletradas.

Miriam Camilo reconoce que las primera 300 mil personas llegaron al Plan motivadas por la publicidad y la oportunidad, pero que ahora tienen un reto de captar las demás analfabetas que les falta para llegar a la meta propuesta.

Incluso, existe la posibilidad de alfabetizar desde la casa de manera individual y registrarlo.

Además de las facilidades que se han dado para aprender a leer y escribir, el gobierno también dispuso ayudar con planes de salud a las personas que no tengan buena visión y las que tengan problemas dentales, sobre todo porque hay desertores que se han ido por temor a las burlas al no tener sus dentaduras completas.

Ahora se trabaja en una estrategia para traducir el nuevo texto al sistema Braille para los no videntes, en lenguaje de señas para los sordos y subirlo a la web en formato PDF para quienes deseen tenerlo en sus casas.



Quieren ofrecer oportunidades gratuitas a los que se alfabeticen para que continúen sus estudios básicos de forma gratuita. El programa Prepara, del Ministerio de Educación, ya funciona en esa modalidad.

Analfabetas en el mundo

El Instituto de Estadísticas de la UNESCO revela que uno de cada cinco adultos en el planeta no sabe leer ni escribir, lo que representa unos 860 millones de analfabetos. En América Latina y el Caribe el número de iletrados llega a los 39 millones, lo que supone un 11% del total de la población adulta.

Vista esas cifras, el IEU estima que si no se toman medidas para cambiar la tendencia actual, en el 2015 el mundo contará con 800 millones de adultos analfabetas. Ese año ya se estableció como límite en el Foro de Dakar donde más de 160 países se comprometieron en reducir esa cifra a la mitad.

De los países de América Latina con mayor índice de analfabetismo, a República Dominicana solamente le supera Haití, donde la mitad de su población es iletrada, Guatemala con un 25% y El Salvador y Honduras con un 15%, de acuerdo a la CEPAL.

El profesor Juan Bosch dijo una vez: "La educación es el vestido de gala para asistir a la fiesta de la vida". Ahora habría que ver si le alcanza la tela a los iletrados para bailar con el conocimiento.

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