La Procuraduría comprueba cinco casos de pederastia del ex nuncio
El Vaticano abrió un proceso de Instrucción en su contra
Federico Méndez
SANTO DOMINGO. La Procuraduría General de la República tiene cinco denuncias comprobadas de alegada pederastia en contra del ex nuncio apostólico de su Santidad en el país, Józef Wesolowski.
Uno de esos casos corresponde a un joven de 18 años, a quien supuestamente comenzó a abusar sexualmente a partir de los 14 años.
La Procuraduría apoderó al Vaticano de una serie de pruebas en contra de Wesolowski, incluyendo audios de declaraciones de las víctimas exponiendo las acciones del ex decano del cuerpo diplomático.
El procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, proporcionó todos los mecanismos, a los fines de que un enviado del Vaticano entrevistara a Francisco Javier Occis Reyes, quien guarda prisión preventiva en el centro de corrección de San Pedro de Macorís, acusado de abusar sexualmente de un menor.
El enviado de la Santa Sede, sobre cuya identidad se desconocen mayores detalles, vino al país con el propósito de llevar informaciones de primera mano sobre el testimonio de Occis Reyes sobre los casos de alegada pederastia en contra de Wesolowski.
Además de ser compañero sexual del nuncio, Occis Reyes dijo que él le pidió que le buscara menores entre los 14 y 16 años, "si eran blanquitos mucho mejor". También declaró que cuando Wesolowski se embriagaba salía para la calle a buscar a los menores.
Mientras que también las pruebas en contra del sacerdote Wokcietch Waldemar Gil (Alberto Gil) sobre alegado abuso sexual en contra de siete menores, fue enviada una parte del testimonio en audio.
El caso de sacerdote GilEn el caso de Wokcietch Waldemar Gil (Alberto Gil), la Procuraduría plantea que comprobó siete casos de abuso de menores. Asimismo, que más de una veintena quedaron pendientes de comprobación, debido a que los padres de los menores no se han interesado en que se accione en contra de Gil. Entre las pruebas, figura una fotografía en la que alegadamente el sacerdote figura disparando un arma que portaba por el cristal de la ventana de su vehículo.
Federico Méndez
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