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La República Dominicana, sin rutas definidas ante una eventual evacuación rápida

Los planes de contingencia sólo distribuyen responsabilidades, pero no identifican lugares

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La República Dominicana, sin rutas definidas ante una eventual evacuación rápida
La ciudadanía desconoce los lugares más o menos seguros ante un posible maremoto.

SANTO DOMINGO. Pese a la amenaza constante de ser sorprendidos por un evento súbito de gran magnitud, como el terremoto que sacudió a Puerto Príncipe, Haití, en enero de 2010, República Dominicana carece de rutas definidas que permitan una evacuación rápida de sus principales ciudades, si fuera necesario.

Los planes de los organismos de socorro, agrupados en la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), se limitan definir las acciones a ejecutar, y cómo se deben coordinar entre ellos para dar una respuesta, pero no identifican lugares idóneos a los que debe acudir la población que en determinado momento se sienta amenazada o afectada, sea por un terremoto, un tsunami o un ataque terrorista. El Plan Nacional de Contingencia para Terremotos que elaboró el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) en noviembre de 2009, evoca una serie de supuestos escenarios de desastres a los que el país se expone, y cita los lugares que pudieran resultar más afectados en cada caso.

También refiere las estructuras que deben albergar personas, tales como escuelas, colegios y universidades públicas y privadas, plazas comerciales, oficinas públicas, centro de convenciones, hoteles e iglesias.

Pero el plan obvia incluir información sobre cuáles de esos centros son los más aptos para acoger a las personas en cada sector y la ruta más idónea para llegar a ellos en medio del caos.

La Defensa Civil, como una de las 22 instituciones que conforman el COE, tiene un listado de los lugares de albergues temporales a nivel nacional, los cuales se plantean como refugio para zonas vulnerables en casos de inundaciones provocadas por huracanes u tormentas tropicales. En total son 3,376 albergues con capacidad, en conjunto, para aglutinar a 888,311 personas.

El director de la Defensa Civil, general retirado Luis Antonio Luna Paulino, explica que para la selección de esos albergues se toma en cuenta su capacidad sismo resistente, pero que en realidad se plantean como refugio ante eventos hidro meteorológicos.

"Estamos hablando de eventos hidro meteorológicos, porque ya para los eventos sísmicos, tsunami, es otra cosa, y rigen otras condiciones". Considera que no se puede hablar de lugares de refugio ante un terremoto, pues nunca se sabe a dónde impactará, y en qué condiciones quedarán las estructuras que inicialmente fueran seleccionadas.

Igual argumento plantea el director del COE, Juan Manuel Méndez García. "Dependiendo de la magnitud del evento, así serán entonces los lugares a acudir. En caso de sismos, los lugares son abiertos, pues las estructuras pueden colapsar dependiendo de la magnitud. Y no es que no se esté preparado, sino que siempre hay que respetar el espectro del evento, pues se puede estar preparado para una magnitud, y el evento puede ser más intenso", dice.

Por el contrario, Osiris de León, geólogo y especialista en el tema de desastres naturales, sostiene que para el terremoto o tsunami sí se puede y se tiene que planificar. "Se tiene que identificar que si ocurre un sismo, por ejemplo en Santiago, y se caen los puentes, se pueda mover las personas por esta u otra ruta, y que si se cae un hospital, entonces yo tenga otro hospital identificado en otra zona rígida, y que sea un centro que ya lo revisamos y soporta un terremoto", comenta.

Refiere a varios países donde se prevé ese tipo de emergencias. Cita específicamente el caso de Hawaii, donde las calles de la ciudad están señalizadas indicando las rutas de evacuación en caso de maremoto.

"En Puerto Rico, en el Viejo San Juan, se ven los letreros que dicen zona de inundación en caso de tsunami, pero aquí no hay un solo letrero que diga eso, o que diga que una zona es segura", se queja.

Consultado al respecto, el Ministerio de Obras Públicas, en voz de la viceministra Franchesca de los Santos, explica que las vías se establecen dependiendo del tipo de siniestro, pero que se usan como primera opción las carreteras principales y troncales. No las identificó.

Tampoco la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) tiene un mapeo de esas vías que serían más recomendadas al momento de una evacuación rápida y masiva. Al solicitarle la información, la entidad envió como respuesta copia de las páginas del plan de contingencia de 2009 donde indica que en condiciones de emergencia se activa un plan de habilitación de vías alternas.

Como parte de esa habilitación, en el documento se establece definir las rutas más factibles de ser utilizadas por los organismos de socorro y notificarlas en el menor tiempo posible, controlar el flujo vehicular y disponer de vías alternas para aliviar el cierre de las principales.

Pocas garantías

En cuanto a la seguridad de las estructuras físicas, sean carreteras, puentes, hospitales o lugares de refugio, tampoco existen garantías.

La viceministra de Obras Públicas, institución encargada de la supervisión de las obras, señala que desde 1995 en el país se hacen evaluaciones de las edificaciones públicas importantes, y que esos estudios han arrojado la necesidad de reforzar algunas de esas infraestructuras.

Osiris de León critica que los socorristas del país no tengan nada planificado.

"Un sismo en momentos te puede tumbar 500 puentes, entonces, cómo vamos a llevar la Cruz Roja o la Defensa Civil… dígame usted. Cuál hospital tiene sangre almacenada para el caso de un terremoto, o tiene antibióticos suficientes para atender 350 mil heridos, como en el caso de Haití", se cuestiona.

En 2012 la Oficina Nacional de Evaluaciones Sísmicas y Vulnerabilidad de Infraestructuras y Edificaciones (Onesvie) informó haber evaluado unas 7,000 edificaciones públicas. Unas 5,000 eran escuelas de las que alrededor de 50 requerían reforzamiento de su estructura.

Las evaluaciones de Obras Pública también reflejaron la necesidad de implementar un nuevo código sísmico que tome en cuenta la cercanía de la isla a distintas fallas. "Los resultados fueron inmediatos, se ha procedido a ir reforzando edificaciones públicas, a las construcciones privadas nuevas y remodelaciones se les exige la implementación del nuevo código y el Plan Nacional de Edificaciones Escolares responde en su totalidad a las nuevas normas sísmicas. Es una nueva generación de refugios seguros", sostiene De los Santos.

La duda que queda es ¿sabe usted cuál es el centro de refugio próximo a su vivienda, y si ha sido evaluado y adecuado a las exigencias del nuevo código?

Uno de los centros que el COE identifica como refugio, por espacioso, es la Villa Olímpica. Rodeada de amplias avenidas, apenas tiene abierta una de sus ocho puertas de acceso. Uno de los pabellones de gran tamaño y bajo techo que tiene la villa, inaugurada en el 2003 para los Juegos Panamericanos, es el de Balonmano.

José Duval Puello, presidente de la Federación Dominicana de Balonmano, quien administra el pabellón desde su construcción, asegura que nunca ha visto o se ha enterado que esa edificación haya sido evaluada.

De los hospitales habla el Director Nacional de Emergencias y Desastres del Ministerio de Salud Pública, Séntola Martínez Rodríguez. "La mayoría de las condiciones de los hospitales en Santo Domingo, los hemos evaluado casi todos, y hemos encontrado las mismas problemáticas, que los que no adolecen de una cosa adolecen de otra".

"Cuando se hacen estructuras nuevas y uno las evalúa, de repente encuentra las mismas o peores condiciones de funcionabilidad", dice. "Antes -añade- los hospitales se hacían con el criterio de dar sólo el servicio de salud, pero hoy se le da realce a la parte estética de las edificaciones y de repente lo muy estético y bonito no tiene la seguridad necesaria para un evento de gran magnitud".

Salud Pública, junto a la organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, publicó recientemente un estudio sobre el estado de seguridad de los hospitales, según el cual el 61.70% de los hospitales del país tiene una alta probabilidad de dejar de funcionar en caso de un desastre.

Y aunque el restante tiene una alta probabilidad de seguir funcionando, se mantiene en categoría B, lo que indica que su seguridad es media. El estudio abarcó a 37 hospitales, 34 de los 151 que pertenecen al Ministerio de Salud, dos militares y uno policial.

Las evaluaciones tomaron en cuenta el componente estructural, funcional y no estructural de los hospitales.

"La aplicación correcta de la evaluación del Índice de Seguridad Hospitalaria permitió identificar en los hospitales las múltiples irregularidades generadas a lo largo de los años desde la inauguración hasta el momento del análisis; en cuanto a reparaciones, construcciones, remodelaciones y adaptaciones que pone en peligro la adecuada respuesta estructural de la edificación", plantea el estudio.

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