El lago Enriquillo

Señor Presidente:

Como propietario de terrenos en la Hoya del Lago Enriquillo, en el sector de Boca de Cachón, Jimaní, con más de 4,300 tareas con agua, 600 tareas de pastos de hierba hematria, y otras, para alimentar 70 vacas en producción de leche y en proceso de mejoramiento genético con la donación de Don Julio Brache de Leche Rica. Con más de 20 novillas mejoradas, más de 200 ovinos y caprinos.. etc. y de repente las aguas inmisericordes del Lago me dejaron en la olla, al igual que a cientos de familias que vivimos en lugares inclementes y más en la frontera donde la miseria es extrema.

Entiéndanlo bien, señores de la Academia de Ciencias, es muy fácil escribir desde un cuarto frío al gobierno que emita un Decreto de expropiación de lo que no es de ustedes. ¿Por qué ustedes no le sugieren al Gobierno y a los organismos de los que hacen referencia, que apliquen la Ley sobre vulnerabilidad y desastres naturales y que mediante un análisis consciente pague las grandes pérdidas y las frustraciones que hoy pesan sobre nosotros y nuestras familias? Esto sí sería loable de parte de ustedes. Señor Presidente, es oportuno que se haga un levantamiento de todos los afectados reales de los terrenos ocupados por el Lago Enriquillo, y ordene que el Gobierno pague dichos terrenos y luego traspáselos a los referidos por los honorables señores pensantes de la Academia de Ciencias. Miguel Alberto Jiménez Novas

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