Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Actualidad

La Fiscalía de Santo Domingo ha regulado 257 negocios "ruidosos" en Santo Domingo Este

Moradores aplauden iniciativa. Propietarios: aumentan gastos

SANTO DOMINGO ESTE. Doña Gladys Montás, de 88 años, volvió a sentir hace poco más de tres años la tranquilidad de su hogar, después que la Unidad de Atención a casos de Contaminación Sónica, Máquinas Tragamonedas y Afines de la Procuraduría Fiscal de la provincia Santo Domingo (SD), clausuró el centro de expendio de bebidas alcohólicas ubicado justo al lado de su vivienda, en el Ensanche Ozama, por emitir volúmenes de música superiores a los 50 decibeles.

El ruido ensordecedor de las bachatas y la algarabía de la gente en ese centro de diversión nocturna, sin ningún tipo de bloqueo acústico en aquel entonces, era insoportable.

La paz se convirtió en desconocida en esa zona residencial. Al punto que Doña Gladys pasó mucho tiempo sin conciliar el sueño, y el insomnio tocó las puertas de su organismo. Pero, como no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, la Unidad de Atención a casos de Contaminación Sónica notificó al comercio, y lo emplazó a colocar un material de bloqueo acústico (de negocio al aire libre a cerrado) para eludir perturbar la armonía de los vecinos.

De inmediato, el propietario accedió a la petición del Ministerio Público, y colocó cristales en el local. Los vecinos, incluyendo Doña Nancy, estaban "felices de la vida" porque se le puso punto final a la "bulla".

Otro caso de ruido musical en esta demarcación se propiciaba en el sector Puerto Rico. Los moradores más cercanos a un "colmadón" no tenían paz ni de día ni de noche.

"Pero ahora ya no hay bulla. Nos afectaba cuando dormíamos, cuando compartíamos. Desde que pusieron esos vidrios eso es increíble, desapareció la bulla. Antes era terrible, terrible, terrible", opinó Edward Romero, de 28 años.

Los dos ejemplos citados forman parte de los 300 negocios que la Unidad de Atención a casos de Contaminación Sónica ha clausurado en este municipio.

De este total, sólo tres no han llegado a un acuerdo con la Fiscalía, y optaron por ventilar sus desavenencias en los tribunales. Los 257 restantes, cerraron con cristales y otros materiales.

Estas acciones forman parte del proyecto "Descontaminación Sónica", que desde hace tres años inició aquí la Procuraduría Fiscal de la provincia SD.

"Nosotros nos basamos en lo que establece la Ley 287, que dispone que todos los establecimientos comerciales que hagan actividades que por su naturaleza sobrepasen los niveles (de volumen) permitidos deben funcionar cerrados con cualquier tipo de material de bloqueo acústico. Además, la Ley 64-00 establece que producir ruidos nocivos es un delito", explicó a DL la procuradora fiscal de la provincia y directora de la Unidad, Raquel Cruz Díaz.

Los primeros cierres de negocios, puntualizó, se realizaron en las avenidas Venezuela, San Vicente de Paul y Marcos del Rosario.

Fueron clausurados 11 negocios, entre ellos House Drink, Doble AA, La Barrica y Energy, en la Venezuela, y el colmado Soto, en la San Vicente. Todos fueron regulados.

"Tomamos muestras en principio que superaban los cien decibeles. Eso es realmente muy alto. Es un grado de ruido ensordecedor, que puede transformar la personalidad, poner a la persona ansiosa", dijo.

En ese sentido, expresó que la iniciativa va dirigida a regular el ruido para proteger los derechos del ciudadano de vivir en armonía en sus viviendas. "Además, está demostrado que los ruidos excesivos afectan la salud, y desencadenan en problemas sicológicos, cardíacos y auditivos", acotó.

Cruz Díaz refirió que el programa se empezó a extender hace ocho meses en la provincia Santo Domingo. En Andrés Boca Chica, hace un mes, se clausuraron 11 establecimientos.

Los negocios...

"Estoy totalmente de acuerdo, porque respetamos las calles, y ya no tenemos problemas con los vecinos. Pero el problema es que aquí se pagaban treinta mil pesos de energía eléctrica. Ahora se están pagando ochenta mil. Porque si no se le ponen los cristales, no hay necesidad de tener aire acondicionado", comentó el administrador de un "colmadón" que fue regulado en el barrio Las Frutas, del sector Puerto Rico.

De su lado, el administrador de La Barrica -avenida Venezuela-, José Castillo, comentó que en un principio la medida redujo la clientela ,y aumentó la factura de la energía eléctrica en un 40%. No obstante, dijo que la gente terminó por aceptar la nueva modalidad (cerrado). "La medida era necesaria, porque tenemos un concepto del valor de un hogar".