Investigan muertes de dos reclusos por brote de tuberculosis en cárcel El Seibo
Manuel Antonio Vega
EL SEIBO. Las autoridades médicas, judiciales y carcelarias investigan la muerte de dos reclusos por un alegado brote de tuberculosis que afecta la cárcel General Pedro Santana de esta ciudad, que presenta hacinamiento y sobrepoblación carcelaria.
Las muertes fueron confirmadas por el fiscal de El Seibo, Manuel Emilio Santana, quien abogó por la construcción de un nuevo recinto para albergar a los reos.
La primera persona en fallecer el pasado viernes fue identificada como el haitiano Rino Lit, de 60 años, residente en Hato Mayor, y quien guardaba prisión por robos agravados. La otra víctima era nativa de la misma provincia y estaba preso por narcotráfico. Su muerte se produjo en la madrugada del domingo.
Inicialmente los cuerpos fueron llevados al hospital Doctor Teófilo Hernández y referidos al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), en San Pedro de Macorís, para fines de necropsia.
El hacinamiento y la sobrepoblación carcelaria es una bomba de tiempo, ya que un baño en el penal es utilizado hasta por 200 hombres y el agua escasea.
Las paredes y los pasillos apestan y la presencia de cucarachas, ratones y mosquitos ha agravado la situación sanitaria del penal, construido durante la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo para unos 260 reos y hoy la población carcelaria supera los 920 internos.
Las muertes fueron confirmadas por el fiscal de El Seibo, Manuel Emilio Santana, quien abogó por la construcción de un nuevo recinto para albergar a los reos.
La primera persona en fallecer el pasado viernes fue identificada como el haitiano Rino Lit, de 60 años, residente en Hato Mayor, y quien guardaba prisión por robos agravados. La otra víctima era nativa de la misma provincia y estaba preso por narcotráfico. Su muerte se produjo en la madrugada del domingo.
Inicialmente los cuerpos fueron llevados al hospital Doctor Teófilo Hernández y referidos al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), en San Pedro de Macorís, para fines de necropsia.
El hacinamiento y la sobrepoblación carcelaria es una bomba de tiempo, ya que un baño en el penal es utilizado hasta por 200 hombres y el agua escasea.
Las paredes y los pasillos apestan y la presencia de cucarachas, ratones y mosquitos ha agravado la situación sanitaria del penal, construido durante la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo para unos 260 reos y hoy la población carcelaria supera los 920 internos.
Manuel Antonio Vega
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