Un seguro de "muerte" en Suiza
Señora clama para que le ayuden a traer al país el cadáver de su hija que falleció hace tres meses
Tania Molina
SANTO DOMINGO.- La señora María Feliz Feliz llora y clama para que le ayuden a traer al país el cadáver de su hija. Hace tres meses que murió en Suiza en un supuesto accidente, y desde la pobreza que le rodea en Oviedo, no le ha sido posible realizar los trámites de traslado.
La hija de María se llamaba Johanny Pérez Feliz, tenía 31 años. Ilusionada se casó en febrero pasado con el italiano Carmelo Vinci, al que conoció un mes antes, porque se lo presentó un familiar. Su esposo le hizo los trámites para sacarla del país. Para el mes de julio ya tenía visa y un seguro de vida de 60,000 euros, seguro que ahora sus familiares califican como de muerte.
"Fue para cobrar el seguro. Vieron que se trataba de una persona humilde de campo que no tendría forma de reclamar, por eso la escogieron", asegura Marcos Feliz, síndico del municipio de Oviedo, que ahora acompaña a la familia en las gestiones para que, desde la Cancilleria les atiendan sus demandas de ayuda para repatriar el cuerpo de la joven. Hace más de un mes que depositaron una carta en esa institución y aún no le responden.
La madre explica que Johanny salió del país rumbo a Suiza el día 12 de julio, pero previo a su partida descubrió que que la amiga que su marido le había presentado, de nombre Vanessa Vignnone, era en realidad su esposa. "Ella me llamó y me dijo que se iba el día 4 o el 7. Yo viene el día 4 y ella me dijo: 'mami, yo como que no tengo mucha confianza con esa gente'. Le dije que no se fuera. Luego me llamó y me dijo que cualquier cosa que viéramos, nos moviéramos, que me estaba dejando copias de todo debajo del colchón. Se fue y a los tres días la mataron", narra.
El seguro de vida que la había puesto el esposo a Johanny era de cuatro días, y según la familia, fue cobrado. La muerte de la mujer, según los pocos datos que tiene la familia, fue un accidente vehicular.
La madre, un tía y un hermano de la joven claman al Ministerio de la Mujer y a la Cancillería, para que hagan diligencia y el caso no se quede impune.
"Yo espero que me envíen mi cadáver de mi hija, aunque sea eso, y que hagan justicia, porque ella tiene familia. Que me envíen el cadáver de mi hija para yo estar tranquila, que me estoy despedazando", expresó la señora entre lágrimas, mientras un hermano de la víctima muestra las copias de pasaporte de la pareja que encontraron debajo del colchón de Johanny.
La hija de María se llamaba Johanny Pérez Feliz, tenía 31 años. Ilusionada se casó en febrero pasado con el italiano Carmelo Vinci, al que conoció un mes antes, porque se lo presentó un familiar. Su esposo le hizo los trámites para sacarla del país. Para el mes de julio ya tenía visa y un seguro de vida de 60,000 euros, seguro que ahora sus familiares califican como de muerte.
"Fue para cobrar el seguro. Vieron que se trataba de una persona humilde de campo que no tendría forma de reclamar, por eso la escogieron", asegura Marcos Feliz, síndico del municipio de Oviedo, que ahora acompaña a la familia en las gestiones para que, desde la Cancilleria les atiendan sus demandas de ayuda para repatriar el cuerpo de la joven. Hace más de un mes que depositaron una carta en esa institución y aún no le responden.
La madre explica que Johanny salió del país rumbo a Suiza el día 12 de julio, pero previo a su partida descubrió que que la amiga que su marido le había presentado, de nombre Vanessa Vignnone, era en realidad su esposa. "Ella me llamó y me dijo que se iba el día 4 o el 7. Yo viene el día 4 y ella me dijo: 'mami, yo como que no tengo mucha confianza con esa gente'. Le dije que no se fuera. Luego me llamó y me dijo que cualquier cosa que viéramos, nos moviéramos, que me estaba dejando copias de todo debajo del colchón. Se fue y a los tres días la mataron", narra.
El seguro de vida que la había puesto el esposo a Johanny era de cuatro días, y según la familia, fue cobrado. La muerte de la mujer, según los pocos datos que tiene la familia, fue un accidente vehicular.
La madre, un tía y un hermano de la joven claman al Ministerio de la Mujer y a la Cancillería, para que hagan diligencia y el caso no se quede impune.
"Yo espero que me envíen mi cadáver de mi hija, aunque sea eso, y que hagan justicia, porque ella tiene familia. Que me envíen el cadáver de mi hija para yo estar tranquila, que me estoy despedazando", expresó la señora entre lágrimas, mientras un hermano de la víctima muestra las copias de pasaporte de la pareja que encontraron debajo del colchón de Johanny.
Tania Molina
Continuar con Google