La primera obra de Cristóbal en el Estado

SANTO DOMINGO. Cristóbal Portorreal, un ingeniero civil de 73 años, fue el primer agraciado en el sorteo de obras que el Ministerio de Educación realizó ayer en el Distrito Nacional, con la construcción de una estancia infantil valorada en RD$32,825,944.46.

Una mezcla de aplausos y sonidos guturales se escucharon inmediatamente después que la notario público Cristina Rosario leyó su nombre, inscrito en el boleto que extrajo el estudiante Pedro Alejandro Prensa, de la tómbola transparente. Los sonidos procedían del lado derecho del salón principal del Club de Obras Públicas, donde se hizo el sorteo.

Entonces apareció un señor bajito, delgado, con una barba rala canosa, calzando tennis blancos, bolsito negro colgando de un costado, y gorra azul en la cabeza, y, con un folder en la mano, subió a la mesa de registro a constatar su identidad. Minutos más tarde, a Portorreal todavía no le salían las palabras.

“Estoy tan emocionado que casi no puedo ni hablar, de tan emocionado que estoy, con esta sorpresa que me ha dado la suerte”, pronunció con ojos humedecidos por las lágrimas.

La historia de este padre de seis hijos, residente en Bayona, Santo Domingo Oeste, es un ejemplo de superación. Se graduó de ingeniero a los 61 años en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a base de mucho sacrificio y fuerza de voluntad.

“Empecé a estudiar tarde, porque yo soy hijo de padres campesinos y muy pocos recursos, no podían ni mandarme a la escuela, yo empecé a estudiar (la escuela) cuando llegué a la capital, ya un joven”, explicó.

Trabajó en construcción y albañilería gran parte de su vida, por lo que conocía la práctica, pero le faltaba la teoría. Y nunca había construido una obra para el Estado, pero sí casas para familiares y proyectos en el sector privado como maestro constructor.

Fue buscando la oportunidad de su vida que se inscribió en cuántos sorteos de obras abrió el Estado, hasta que le llegó la suerte.

En el Distrito Nacional se sortearon ayer 18 estancias infantiles y seis escuelas. Se inscribieron 694 interesados entre ingenieros, arquitectos y empresas.

Valoran método

Aunque algunos de los participantes se quejaron de problemas de organización a inicios del sorteo, coincidieron en la importancia del método. El arquitecto Julio Nadal abogó para que se mantenga el formato, pues abre las oportunidades para todos. Según Educación, para este sorteo se inscribieron alrededor de 15,000 a nivel nacional.

Diario Libre