Productores de Peravia en situación crítica por falta de agua

MATANZAS, PERAVIA. A la altura de Quijá Quieta, entre Matanzas y Las Calderas, una docena de chivos se come la hierba que puebla el canal de riego Marcos A. Cabral, que en condiciones ideales debe ser capaz de regar con 12.9 metros cúbicos por segundo de agua, los campos agrícolas de la provincia Peravia hasta el distrito municipal Las Calderas.

Según el Instituto Dominicano de Recursos Hidráulicos (INDRHI), el Marcos A. Cabral riega agua de la presa de Valdesia dos veces por semana. Informó ayer la gerencia de comunicaciones de esa institución a DL. Al agricultor Pedro Báez Santana, la información del INDRHI le sabe mal. “En los últimos siete meses, la única agua que hemos tenido desde Sombrero hasta Las Calderas es la que manda el cielo”, declara el envejeciente. “Tengo 23 tareas de tierra sembradas con plátanos, aguacates, y tengo familia qué mantener. Yo no he producido nada, mis hijos no han producido nada. Y estamos en una situación muy crítica, porque el INDRHI no nos manda el agua, y lo que necesitamos es agua”, sentencia Báez Santana mientras un grupo de más de 30 agricultores le vitorean.

El tramo entre Sombrero y Las Calderas conforma el asentamiento AC-06 Máximo Gómez, en las que se incluyen unas 200 parcelas con un promedio de 70 tareas, lo que significa unas 14 mil tareas de producción agropecuaria, donde se también se incluyen las poblaciones Quijá Quieta, Cañafistol, El Llano, y también Bocacanasta todas dependen mayormente del agua que les provee el canal.

Agua suficiente

Los agricultores dudan que el INDRHI o la gobernación de Peravia puedan interceder ante lo que denuncian es una actitud de discriminación contra los productores de esta zona. “Ellos dicen que aquí lo único que hay es mango. Y eso no es verdad. Aquí producimos cebolla, plátano, aguacate, leche, carnes, y otros productos”, asevera Francisco Melo, representante de la junta de regantes de la zona 1A.

Melo asegura que hay agua suficiente para el consumo humano y la producción agrícola, por lo que exige la intermediación del presidente Danilo Medina para la solución de este problema. “Hace cinco meses nos reunimos en la Gobernación, ahí estaban los representantes del INDRHI y la gobernadora Nelly Melo de Guerrero, nos prometieron que iban a regar con diez metros cúbicos de agua el canal y no lo han hecho”, dice Melo.

Según informaciones suministradas por los regantes, la cota de agua de la presas de Valdesia estaban en 140.36, mientras que la de Jigüey era de 516.60. “En la peor sequía que hemos tenido aquí, que fue la de 2004, la cota de Valdesia llegó a 134, y se mantuvo el riego para nosotros. ¿Porqué no se puede ahora? Aquella vez se utilizó el agua del río Nizao a través de dos bombas, se ganaron dos metros cúbicos y se hizo un trabajo para garantizar el agua y se buscó otras formas para aplacar la crisis”, dijo Melo.

Los agricultores acusan a la falta de gerencia la razón por la que durante esta sequía esas zonas agrícolas no han sido regadas desde hace cinco meses. “Lo más importante, lo que necesitamos en estos momentos es el agua. Porque ni nos mandan el agua, ni aprovechan la sequía para reparar el canal”, declara Jorge Jiménez, productor. Continúa Jiménez “si se ve el canal se van a dar cuenta que aproximadamente el 40% de las compuertas se las han robado, además de que estimamos que se filtra hacia el subsuelo el 20% del agua que se riega porque el canal está en mal estado”.

El agricultor advierte que si no existen compuertas tampoco se puede sectorizar el agua para que haya una mejor distribución. “Eso es otro punto. No se persigue a los ladrones de las compuertas ni a la gente que se las compran”.

Ramón de la Cruz, presidente de la Asociación de Máximo Gómez de Matanzas, calificó la condición en la que se encuentran los productores como crítica. “Tenemos nueve meses sin agua, y eso está acabando no solamente con la producción agrícola. Está haciendo a esas zonas más pobres, porque de qué vive la gente que está allá. Los empleos están ahí”.

Juan de la Cruz Rosario representante del proyecto Las Calderas III cuestionó la autoridad de los representantes de los cargos públicos en la provincia. “No tenemos autoridad. Porque nos faltan a la promesa. En esa reunión se dijo que iban a regar 10 metros cúbicos de agua, y no llegan a cinco”, dijo.

DL trató de comunicarse con la gobernadora de la provincia Peravia, Nelly Melo de Guerrero; al representante del INDRHI en la provincia, José Altagracia Suazo a quien llamó en múltiples ocasiones por la vía telefónica.

Franklin Pimentel  | Productor agropecuario

“Mire la factura. Son 15,800 pesos semanales solamente de gasoil para sacar agua de un pozo. Así no se puede. Lo que significa que los pozos no son la solución, lo que tienen que enviarnos es agua. El canal no está recibiendo suficiente agua”.

Paco Delgado | Productor quebrado

“Hipotequé la casa con el Banco Agrícola para invertirlo en la siembra de plátanos. Tengo diez meses que no abono nada. Porque no he podido sacar nada. La semana pasada me llamaron para renegociar la deuda. Todo se debe a que no hay agua”.

Quillermo Contreras | Productor agropecuario

“El mango está creciendo como un fruto de exportación. El año pasado se sacaron 500 furgones de la zona. Será muy difícil que se pueda lograr para el próximo año una cifra que sea la mitad de esos furgones”.

Yaneris Rodríguez | Productora de plátano

“Acabo de hacer un corte sobre unos plátanos  nuevos de primer corte, y lo que saqué fue unos cuantos platanitos y todo lo otro fue rabiza (sic). Es una pérdida de 800 mil pesos. Lo hice en base a un préstamo que habrá que pagarlo”. 

Omar Santana