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Centros de salud violan normas al manejar desechos peligrosos

SANTO DOMINGO. Cuando el camión llegó, a las 8:00 de la mañana a recoger los desechos en el hospital Oncológico, un personal de conserjería depositó las últimas fundas de desperdicios. Vestía un pantalón jean, camisa y tenis de tela con suela de goma. Su rostro estaba al descubierto y sus manos cubiertas con guantes de látex. La funda que extrajo del carro de basura era de color rojo y en su interior contenía desechos hospitalarios peligrosos, a juzgar por el letrero del lugar donde los depositó: "biomédicos Peligrosos", decía.

La "Norma para el Manejo de Desechos en Establecimiento de Salud", realizada por la Fundación Natura, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), establece que el personal que maneja este tipo de desechos, también llamados biomédicos, debe llevar guantes, botas, bozal y mandil.

En el vertedero del hospital Salvador Guatier, se observan gasas ensangrentadas en las fundas negras que deben contener los desechos comunes. Entre las fundas rojas amontonadas en un depósito continuo hay algunas abiertas. Según el Manual, las gasas, bajantes de suero, algodones, batas y tubos de sangre usados en los centros de salud, deben ser manejados como material contaminante peligroso. Estos tienen que separarse desde el momento en que se generan como desechos y dispuestos en fundas rojas para su traslado en carros cerrados, hasta el lugar de almacenamiento provisional. Las fundas deben estar bien cerradas para evitar derrames.



La norma nacional para la Gestión Integral de Desechos Infecciosos, emitida por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, también establece en su artículo 31 que los lugares de almacenamiento transitorios deben ser seguros y cubiertos, "proveyendo así protección contra elevadas temperaturas, pH, humedad, condiciones climáticas, desastres naturales y animales". En algunos centros estos depósitos son a cielo abierto.

La violación a los protocolos de manejo son comunes en muchos centros de salud, conformen admiten las propias autoridades.

El viceministro de Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública, doctor Roberto Berroa, dice que todos los hospitales tienen cosas que mejorar. Cita el cumplimiento de horario para el traslado de los desechos. "Si se está dando consultas, no se puede pasear con un carrito en el área de espera". Refiere también la desprotección de los empleados. "Uno se encuentra empleados sin guantes, que no tienen bozal, y eso es inaceptable, son aspectos que tienen que ser necesariamente mejorados", enfatiza.



El viceministerio que dirige Berroa debe "promover y propiciar entornos favorables a la salud individual y colectiva" mediante el mejoramiento, control y corrección de los factores de riesgos físicos, químicos, biológicos y psicosociales que impactan negativamente la salud.

Berroa afirma que el personal de Salud Ambiental está diseminado por todo el país haciendo sus labores de inspección y que siempre alertan a la administración de las irregularidades. "En muchos de los casos no es que no tengan los guantes ni el bozal, sino que el empleado no quiere usarlo, porque le da calor o porque no quiere. Son parte de las cosas que nos encontramos". No habla de ningún tipo de sanción en esos casos.

En el Ministerio de Medio Ambiente, entidad que regula la disposición final de los desechos comunes y biomédicos, también hay quejas por el mal manejo.

"Todavía hay un grupo de establecimientos que no se ajustan a las normas, que no hacen ningún tratamiento y tú los ves (los desechos peligrosos) tirados en los vertederos, algunos en las fundas rojas, pero otros lo echan en las negras", afirma Domingo Contreras, Coordinador de Políticas Ambientales del Ministerio. Cita como ejemplo, el hallazgo de un feto en el vertedero de Rafey, en Santiago, del que se pudo determinar que salió de un hospital entre desechos comunes en una funda negra.



Los fetos y partes humanas producto de amputaciones, entran en la categoría de desechos anatómicos que, según el protocolo de la OMS, deben ser separados de los comunes y de los biomédicos y enterrados en un cementerio.

Contreras lamenta que todos los centros de salud del país no tengan un adecuado tratamiento y disposición final. A la fecha, solo el Ney Arias Lora cuenta con el sistema autoclave para tratar e incinerar sus desechos biomédicos. De los hospitales de la capital, 13 pagan a la empresa Alianza Innovadora de Servicios Ambientales (AIDSA), única compañía en la capital que hace la recolección, transporte y disposición final de desechos peligrosos. Los demás hospitales incineran en fosas.



Los riesgos

Domingo Contreras advierte que, debido a la cantidad de buzos que buscan en la basura de los vertederos sin ninguna protección, el mal manejo de los desechos de hospitales pone en riesgo su salud y puede generar epidemias.

El doctor Berroa alertar que, sin el tratamiento adecuado, se corre el riesgo de diseminar la contaminación y que las infecciones transmisibles que lleguen a un hospital volverán a la población.

En los centros

El conserje del Oncológico no quiso hablar con el equipo de prensa cuando se le requirió. El hospital nuca respondió la solicitud que le hizo este medio para que explicara la forma en que trata sus desechos.

En el Guatier, su dirección admite las fallas. Dicho hospital tiene 251 camas y una producción de desechos de 0.34 toneladas por día. Se estima que el 40% de esa basura es peligrosa y el restante es común (restos de comida, material de oficina, etc.). El volumen es alto, admite la directora del centro, Emma Bodden, que lo compara con las 1.78 toneladas de desechos biomédicos que, en promedio, se produce en el país.

El Guatier es un hospital de tercer nivel de atención, con especialidades quirúrgicas, unidad de hemodiálisis, banco de sangre, laboratorio clínico y funciona como centro docente. "Eso hace que se genere más, pues cuando en una clínica va un médico a una cirugía, aquí van cinco estudiantes, más el personal médico", indica.

El cabildo se encarga de la disposición final de los desechos comunes y AIDSA de los biomédicos. A esta última, el hospital paga RD$36,000,00, mensual. Bodden se queja por los retrasos que, en ocasiones, tienen los camiones en pasar. "No estaban viniendo con la asiduidad necesaria. Venían y se llevaban lo (la basura) de arriba y se nos acumulaba la antigua. Fue un periodo difícil que ya lo superamos, gracias a Dios".

A nivel interno, la directora dice que tienen que estar encima del personal de la compañía que les da el servicio de limpieza para que cumplan con los requerimientos. Afirma que con el personal médico no hay mayores inconvenientes, si acaso se presenta ocasionalmente una enfermera del área ambulatoria que no coloca los casquillos de las jeringas luego de usarlas.

Para atender las situaciones que se presentan con el manejo de los desechos, el Gautier creó hace unos dos meses, el Comité de Morbimortalidad, a cargo del doctor José Soriano, que entre sus planes tiene presionar a las empresas para que cumplan con las exigencias, y proceder a techar el centro de acopio, según informa.

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