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La investigación desvela que el copiloto provocó el choque del avión

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La investigación desvela que el copiloto provocó el choque del avión
Un helicóptero de la Gendarmería francesa en el lugar del accidente del vuelo Barcelona-Düsseldorf de Germanwings que se estrelló el pasado martes, hoy, jueves 26 de marzo de 2015, en los Alpes franceses cerca de Le Vernet y Seyne-les-Alpes. (EFE)
PARIS.- El análisis del contenido de una de las dos cajas negras del avión de Germanwings que se estrelló el martes en los Alpes franceses desveló hoy que el copiloto, un joven alemán identificado como Andreas Lubitz, provocó el siniestro de forma aparentemente voluntaria.

La grabación sonora, con la conversación en cabina, ofreció a los investigadores datos de la última media hora de ese vuelo, que cubría el trayecto entre Barcelona (España) y Düsseldorf con 150 personas a bordo.

Los primeros 20 minutos, según relató hoy en conferencia de prensa el fiscal francés del caso, Brice Robin, muestran que su conversación con el comandante transcurrió en un tono cortés e incluso cordial, pero que sus respuestas comenzaron a ser "lacónicas" y breves durante la preparación del informe para el aterrizaje.

Justo después, el comandante le pidió que tomara el mando porque iba a ausentarse de la cabina, presumiblemente para ir al servicio, y fue en ese momento en que Lubitz se quedó solo cuando bloqueó el acceso desde fuera, y la tripulación y la torre de control perdieron el contacto con él.

El joven, de 27 años, con una experiencia de 630 horas de vuelo y que había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013, accionó el sistema de descenso "pese a que no tenía razones para hacerlo" y no pronunció palabra en el resto del trayecto.

La grabación de la caja negra, según el fiscal, permite saber que el comandante reclamó que le abriera la puerta e intentó derribarla por la fuerza ante la falta de respuesta, así como que las advertencias de los controladores ante el inesperado descenso del avión tampoco fueron atendidas.

La respiración del copiloto era en apariencia normal, añadió Robin, por lo que todo indica que estaba vivo hasta el momento en que el avión se estrelló contra las cumbres del macizo de los Trois Évêchés y quedó prácticamente pulverizado.

La investigación, que se ha abierto como "homicidio involuntario", se dirige ahora hacia un acto supuestamente deliberado del copiloto, del que todavía se desconocen los motivos.

Lubitz nació en Montabaur, en el estado federado de Renania-Palatinado (oeste de Alemania), y no estaba fichado por las autoridades judiciales francesas ni alemanas por asuntos penales o vinculados a extremismos.

"Normalmente, cuando te suicidas, te suicidas solo, por eso no pronuncio esa palabra, pero efectivamente te puedes plantear legítimamente la cuestión", indicó el fiscal francés a los medios, insistiendo en que "en este momento, nada permite decir que se trate de un atentado terrorista".

El comportamiento de Lubitz, no obstante, puede interpretarse como que había "una voluntad de destruir el avión", añadió la Fiscalía, que ha solicitado la colaboración de las autoridades judiciales alemanas y españolas para indagar sobre su biografía e intentar esclarecer los hechos.

Los pasajeros de ese vuelo, según los primeros elementos de la investigación, en principio no se dieron cuenta de lo que sucedía hasta el final, dado que no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.

El Ministerio de Exteriores alemán elevó hoy a 75 el número de alemanes muertos en la catástrofe, pero entre las víctimas figuran además 50 españoles, tres estadounidenses y tres argentinos, así como ciudadanos de Australia, Bielorrusia, Colombia, Dinamarca, Reino unido, Irán, México, Marruecos, Holanda y Venezuela.

Unos 250 familiares participaron hoy en un homenaje a los fallecidos organizado a las afueras de Le Vernet, la pequeña aldea más cercana al lugar del siniestro, en el que se han instalado una decena de banderas en representación de sus nacionalidades.

La investigación prosigue ahora para intentar recuperar la segunda caja negra, con los parámetros técnicos del vuelo, y recuperar los cuerpos y los restos de fuselaje, labor que podría demorarse semanas dada la dificultad del terreno en el que están esparcidos. EFE
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