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Testimonio de afectada: “Mi ventana se estremeció”

“¿Que hace una planta en medio de un vecindario?”, se pregunta Aida Pérez, quien reside desde hace diez años en el sector La Esperanza

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Testimonio de afectada: “Mi ventana se estremeció”
Residentes del sector La Esperanza llegaron hasta el Jardín Botánico para protegerse por la explosión de la estación de gas “Sol Gas”. (DL/ JUSTO FÉLIZ)

SANTO DOMINGO. Ante el estruendo provocado por la explosión de la estación de gas licuado de petróleo “Sol Gas’”, en el sector Los Ríos, decenas de residentes de zonas aledañas huyeron despavoridos para protegerse de las llamas y fueron a parar al Jardín Botánico Nacional.

“Yo estaba acostada como a las cinco de la mañana cuando mi ventana se estremeció”, relata Aida Pérez, quien esperaba a su esposo junto a sus cuatro hijos y su perro, sentada en una parada de autobús frente al Jardín Botánico.

Aída cuenta que, al ocurrir la explosión que hasta el momento ha dejado alrededor de 40 heridos, pensó que su casa se le derrumbaría encima cuando, de repente, alguien cercano a su familia abrió la puerta y, alarmado, gritó: “Vecina, explotó la planta de gas”. Eran alrededor de las 5:30 de la madrugada y su esposo acababa de salir a buscar su vehículo y había partido a su trabajo. Él no sabía nada.

Por la magnitud del siniestro, Aida decidió abandonar su hogar, ubicado a unos cuatro kilómetros de la estación de gas, preocupada por el menor de sus cuatro hijos, de apenas seis meses de nacido, temiendo que el humo pudiese asfixiarlo.

“¿Qué hace una planta en medio de un vecindario?” se pregunta Aida, quien reside desde hace diez años en el sector La Esperanza.

Juan Rosa, otro de los que decidió dejar atrás su hogar junto a sus tres hijos por temor a la explosión de la estación de gas, se quejó de que la dirección del Jardín Botánico no les permitiera permanecer en el interior del área silvestre, pese a que cuando llegaron allí eran alrededor de las 6:30 de la mañana y niños y ancianos permanecían bajo la lluvia, por lo que tuvieron que establecerse en el parqueo de la institución.

“Yo entiendo que este es un botánico de todos y cuando hay emergencias así deben de darnos auxilio”, se quejaba Rosa, a bordo de su vehículo.

Al respecto, el director del Jardín Botánico, Rafael García, dijo que al momento de producirse el hecho se les permitió la entrada a las instalaciones, pero que algunos intentaron presionar para que se les dejara entrar con sus vehículos, petición que fue denegada por el personal de seguridad de la institución.

“El jardín no está habilitado para recibir refugiados”, explicaba García, quien agregó que no hay condiciones de infraestructura ni baños para poder alojar a personas allí.

Señala que habló con el director de la Defensa Civil, el mayor general Rafael de Luna Pichirilo, quien le habría dicho que no había necesidad de refugiar personas allí.

De acuerdo con varios de los consultados, que permanecían en el parqueo del Jardín Botánico, muchos se han retirado del lugar hacia residencias de familiares, mientras otros esperan que las autoridades les confirmen que no hay peligro y puedan regresar a sus casas.

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