Y tras la “hartura”, la siesta y los desechos
SANTO DOMINGO. Los dominicanos realizaron ayer su tradicional cena de Nochebuena, y hoy, día de Navidad, la ciudad de Santo Domingo amaneció en casi total calma.
Las calles y avenidas lucían despejadas, más que cualquier otro domingo del año, señal de que, al parecer, todavía los ciudadanos hacían la siesta, incentivada por el feriado. Los negocios estaban cerrados, en su gran mayoría, y tránsito de personas era escaso.
El sol matizó la calidez del ambiente, tras las constantes lluvias que se produjeron el día anterior, mientras decenas de brigadas de limpieza recogían los desechos de la cena.
El cúmulo de desperdicios también fue inusual, a decir de varios de los brigadistas de los cabildos y de Obras Públicas, que desde temprano en la mañana empezaron a limpiar.
Avenidas como la John F. Kennedy, Lincoln, Tiradentes y Winston Churchill, y la autopista Duarte, tenían enfundados los desechos de la Nochebuena, y en barriadas como Güaley, Ensanche Espaillat y Villa Consuelo, los desperdicios copaban esquinas completas.
En estos barrios se observaban a los pocos que festejaban, probablemente, la Navidad desde temprano, o quizás la parranda de la noche anterior que aún no terminaba.
En la Calle 8 del Ensanche Espaillat, unos tres hombres compartían tragos, mientras fumaban una hookah, y en un colmado de la Calle Central, en Güaley, alrededor de una docena de personas escuchaba música y bebía cervezas.