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Electricidad y competitividad hotelera

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Electricidad y competitividad hotelera

Si no se confronta el problema de sus altos costos energéticos, la locomotora del turismo avanzaría lentamente. Hace tiempo que los hoteleros han externado la queja de que su factura eléctrica está entre un 10% y un 15% de los gastos totales de operación, mientras en EE.UU. gira en torno al 6% (www.energystar.gov/index.cfm?c=business.EPA_ BUM_CH12_HotelsMotels). Mantener la rentabilidad de las inversiones en hotelería y atraer nuevas se hace más difícil con tal lastre. Pero una breve inspección de la información disponible en la web deja ambiguo si la tarifa que pagan los hoteles por el suministro de electricidad es o no competitiva.

Justo antes de la reciente reforma fiscal, la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores) alegó que la tarifa promedio pagada por los hoteleros está entre 25 y 27 centavos de dólar por kilowatt/hora (mientras el promedio en EE.UU. es US$0.12 kwh, y el de Colombia US$0.05). Tal promedio corresponde a lo que los hoteles deben pagar a los suplidores externos, ya sea la red eléctrica nacional o los generadores privados que suplen electricidad en Bávaro-Punta Cana y Las Terrenas-Las Galeras.

Al comparar esa tarifa con las de la región del Caribe reportadas en el gráfico (www.onecaribbean.org/ content/files/BillMeade STC12.pdf), no parece que la tarifa promedio sea un gran escollo operacional para la hotelería nacional. Los competidores insulares confrontan tarifas más altas en la mayoría de los casos. Sin embargo, datos de la CEPAL (2012) "establecen que en Costa Rica un kilovatio hora está en alrededor de 12 centavos de dólar, en Honduras US$0.17, en El Salvador y Nicaragua tiene un precio de US$0.18, en Guatemala está en US$0.17, en Panamá entre US$0.17 y US$0.18, mientras que en Cuba, donde está en poder el Estado, la tarifa está en US$0.10. De todos estos casos, sólo República Dominicana llega a los US$0.28 por kilovatio hora". De ahí que algunos analistas reportan que el Caribe tiene las más altas tarifas eléctricas en el continente y entre las más altas del mundo.

Pero la CDEE reaccionó al informe de CEPAL desmintiendo que las tarifas nuestras fueran las reportadas por esa entidad. En una nota de prensa distribuida en mayo del pasado año, la CDEEE informó que la tarifa de los consumidores residenciales estaba en US$0.159/ kwh, mientras la comercial era de US$0.274/ kwh y la industrial US$ 0.234/kwh (www.listin.com.do /economia-y-negocios/2012/5/6/231478/ CDEEE- refuta-datos-de-Cepal-en-torno-a-tarifa).

Esta información oficial sugiere que, comparada con las del Caribe insular, la tarifa comercial aplicable a la hotelería en la RD no está tan alta. Lo contrario se daría en los casos de Cuba, Cancún, Centroamérica, Venezuela (que tienen la electricidad más barata de la región) y Colombia.

Naturalmente, las tarifas deberían fluctuar dependiendo del precio de los insumos de generación, pero aquí la Superintendencia de Electricidad tiende a congelar las de la red nacional por tiempo indefinido. De cualquier modo, estas tarifas esconden el verdadero costo para el país de producir un kwh porque no reflejan el costo de los subsidios ni los costos de la autogeneración para compensar por apagones técnicos y programados, además de aquellos causados por la salida por mantenimiento de las plantas generadoras. Cuando se suman los tres componentes (consumo, subsidio y autogeneración) el costo para el país de las tarifas eléctricas podría ser considerablemente mayor que la tarifa comercial.

Para calcular la tarifa eléctrica final que paga la hotelería sólo debe añadirse, a la tarifa que paga, el costo de la autogeneración. Según el Plan Energético Nacional 2004-2015 se reporta que, en promedio, los hoteles del país usaban el 16.6% de su electricidad de sus propias plantas, con los hoteles grandes alcanzando un promedio de un 20%. Pero a esa tarifa final habría que añadir, si se quiere calcular el costo energético total, el uso de gasoil y GLP, el primero para calentar agua y el segundo para cocción.

La tarifa citada por Asonahores, de entre los 25 y 27 centavos de dólar, aplicaría al inventario hotelero de 36,000 habitaciones de Bávaro-Punta Cana, cerca del 65% de la oferta hotelera nacional. Esto así porque según el Gerente General de CEPM, el suplidor privado, la tarifa es un peso superior a lo que cobran las Edes por kwh y dos pesos menos por kwh que lo que cobra Luz y Fuerza, la empresa de Las Terrenas (www.puntacanaclick.com/noticias/2011/05/18/156/CEPM-responde-a-las-protestas-por-el-alto-coste-de-la-energia-electrica). De ahí que en Bávaro-Punta Cana, donde predominan los hoteles grandes, la tarifa eléctrica se alinea con la nacional, pero el porcentaje de autogeneración es mayor.

Otra cosa es que esté en desventaja en relación con el porcentaje de los gastos totales de operación que representa la tarifa eléctrica. Pero esa tampoco es una comparación válida: el porcentaje puede variar dependiendo de los otros insumos de operación. Por ejemplo, en EE.UU. la electricidad podría ser sólo un 6% de los gastos, pero sus gastos de personal serían un porcentaje mucho mayor al nuestro. Y eso no significaría que tenga una desventaja competitiva.

Todo lo anterior sugiere que, por lo menos respecto a la tarifa eléctrica, la hotelería no está en una posición desventajosa en relación a los destinos turísticos del Caribe y sí lo está en relación a Cuba, Cancún, Colombia, Venezuela y Centroamérica.

Pero esa sería una conclusión errada si el análisis de los costos energéticos de operación se limita a las tarifas solamente. Es preciso calcular los costos de autogeneración, además de los costos de gasoil y GLP para tener una idea clara de cuáles son los costos energéticos totales (y el perfil de eficiencia energética). Ya que no existen esos datos, resulta engorroso dilucidar si la hotelería nacional es o no competitiva en materia energética versus sus competidores internacionales. Pero no hay duda de que si la electricidad fuera más barata seríamos más competitivos.