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Fonda más antigua del mundo se apunta en Alemania a cura de rejuvenecimiento

BELÍN.- La fonda más antigua del mundo, situada en el municipio bávaro de Sinzing, en el sur de Alemania, se apunta tras más de 350 años de historia a una nueva cura de rejuvenecimiento en el marco de las obras de rehabilitación del centro del barrio de Eilsbrunn, según informa hoy la prensa local.

El Gasthaus Röhrlbräu, que desde 2010 figura en el libro Guiness de los Récords como la fonda más antigua del globo por mantener abiertas sus puertas de forma continua desde 1658, está en manos ya de la undécima generación de miembros de la familia Röhrl.

Para el actual dueño del mesón, Muk Röhrl, tradición y progreso no son conceptos en contraposición.

"Desde que asumí la fonda con mi esposa Karin en 2006, casi cada año hemos renovado algo", señala el también cocinero del establecimiento y comercial en declaraciones a la agencia obx-news.

Según Patrick Grossmann, alcalde de Sinzing, "la fonda Röhrl es una de las atracciones turísticas más importantes y cargadas de historia de la localidad".

El ayuntamiento está llevando a cabo obras de reforma en el centro del barrio de Eilsbrunn, en torno al histórico mesón, para lo que cuenta con dos millones de euros de fondos públicos.

También la familia Röhrl quiere contribuir para que la fonda más antigua del mundo se adapte a los nuevos tiempos.

Así, el espacio de la antigua sala de maceración de la fábrica de cerveza del mesón, que estuvo funcionando hasta 1971, podría albergar en un futuro varios cuartos de huéspedes, aunque todavía no está decidido, por lo que de momento, sus propietarios están analizando tan solo el estado de la construcción, en parte derruida.

El Gasthaus Röhrl ofrece no sólo cocina típica de la región en un ambiente auténtico, sino también un viaje a lo largo de 350 años de tradición de hospedaje en Baviera en una exposición en el primer piso del mesón.

Ya en tiempos de la Guerra de los Treinta Años la primera generación de los Röhrl fabricaba aquí su propia cerveza y atendía a los lansquenetes -del alemán Landsknecht-, como se llamaban los mercenarios alemanes que combatieron en esa contienda religiosa.

Desde 1658, el restaurante sirve asado de cerdo y de buey, albóndigas de patata, ensalada de embutido, y desde el siglo XIX es uno de los destinos preferidos de excursión de los habitantes de la cercana Ratisbona.

Después de la II Guerra Mundial, los Röhrl se ganaron la simpatía de sus conciudadanos, pues en tiempos de penurias sacrificaban semanalmente hasta tres cerdos para abastecer a sus hambrientos vecinos de la ciudad.

Contratiempos familiares les obligaron a cerrar la fábrica de cerveza en 1971, aunque esta bebida sigue en la carta del mesón bajo el mismo nombre, pues ahora la producen unos parientes.

Actualmente, el asado de cerdo que se prepara en el horno de leña de 1929 sigue siendo la especialidad de la casa, aunque el actual dueño y cocinero de la fonda ofrece también platos vegetarianos hechos con verdura fresca de la región.

Además de la cerveza, en la recién renovada barra se sirven también más de 50 variedades diferentes de aguardiente y, para ocasiones especiales, incluso cócteles recién preparados.

El mobiliario incluye piezas históricas de todas las épocas de la centenaria historia de la fonda, todas restauradas a mano.