Bisonó descarta que la ley de armas flexibilice su uso entre los civiles

SANTO DOMINGO. En medio de las críticas que ha despertado el proyecto de ley para el Control y Regulación de Armas de Fuego, su proponente, el diputado Víctor (Ito) Bisonó, mantiene su defensa y explica que la iniciativa no pretende ser flexible con la posesión de armas de grueso calibre en la población civil. Por el contrario, sostiene que la pieza ayudará enormemente a solucionar la violencia, aunque no la elimine por sí sola.

Con su planteamiento hace frente a opiniones surgidas en el sentido de que, de aprobarse tal como está el proyecto, promovería la criminalidad y la violencia. Entre los que así piensan, se inscriben el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, y la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández.

“En los últimos días hemos visto en los medios el surgimiento de voces críticas en torno a este proyecto de Ley, voces que respetamos profundamente. Las observaciones han sido específicamente en lo que respecta al tipo de armas que son definidas como de uso civil. Algunos han interpretado de forma explícita que armas de guerra como lo son las M-16 quedaran en uso de los civiles, algo totalmente divorciado de la realidad y que creemos viene de una lectura errónea del mismo”, expresa el legislador en carta enviada al director de este diario, Adriano Miguel Tejada.

Bisonó cita los artículos 6 y 21 de la ley como los más controversiales. El 6 clasifica las armas en prohibidas, restringidas y de uso civil, y entre estas últimas incluye revólveres, pistolas, escopetas, rifles y fusiles deportivos y carabinas y fusiles que no estén incluidos entre las prohibidas o restringidas. Ya en ocasiones anteriores el diputado ha explicado que los fusiles que usaran los civiles son solo los de cerrojo y de un solo tiro, y que no se contempla que armas automáticas y que disparen en ráfagas sean usadas.

Defiende también los 10 años de discusión, consultas con expertos nacionales e internacionales, vistas públicas y consenso agotados con el proyecto.

Tania Molina