El Ministerio Público apelará la medida de arresto domiciliario del El Chino

Santo Domingo. Aunque continuará en prisión por un expediente en la jurisdicción de La Altagracia, la jueza del Cuarto Tribunal Colegiado, Pilar Rufino, dispuso arresto domiciliario a Pascual Cordero Martínez (El Chino), en el caso que, por lavado de activos, narcotráfico y asociación de malhechores, se le sigue en el Distrito Nacional.

De inmediato, la Fiscalía del Distrito Nacional anunció que procederá a apelar la decisión, por considerar que no está fundamentada en derecho, además de ser irrazonable e incompatible con la acusación y comportamiento procesal del imputado.

La magistrada Rufino dispuso el arresto domiciliario por asuntos de salud, cuya condición, según el Ministerio Público no fue sustentada ni por certificado del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), ni por certificado médico privado, sino que se trató de una apreciación visual del tribunal.

En torno al caso, el procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, calificó la variación de la medida de coerción de imprudente y preocupante.

En ese sentido, informó que dicha variación será apelada, considerando que el imputado, alegadamente es sindicado como “el jefe del narcotráfico en el Gran Santo Domingo, y de quien en su momento presentaremos las pruebas, se presume tiene un largo historial de homicidios en sus espaldas del crimen organizado. Estamos hablando de una persona, extremadamente peligrosa para toda la sociedad dominicana”.

Domínguez Brito recordó la intensa labor realizada por los diferentes organismos de seguridad y persecución, para poder dar con la captura de Cordero Martínez, quien figuraba en la lista de los más buscados en República Dominicana.

El juzgado de la Atención Permanente del Distrito Judicial de la Altagracia impuso en diciembre pasado tres meses de prisión preventiva a El Chino, acusado de asesinar seis personas, traficar con drogas y lavado de activos, y su reclusión fue dispuesta en la cárcel preventiva de Pedro Santana, en El Seibo.

Niza Campos