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"Lo más difícil, al final de la misión, es mantenerse a distancia de las emociones"

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Lo más difícil, al final de la misión, es mantenerse a distancia de las emociones

SANTO DOMINGO. Tras una breve experiencia como periodista pasa a ser un diplomático de carrera, con 20 años de servicio, que lo han llevado a estar en cinco países diferentes. Moshe (Marco) Sermoneta, quien concluye este miércoles 31 de julio, su misión como embajador de Israel en República Dominicana, se marcha del país con la satisfacción del deber cumplido y con la promesa de que retornará en calidad de visitante a la tierra que lo acogió por casi tres años.

P. ¿Cuál ha sido su experiencia como embajador en el país?

R. Una muy buena, muy cómoda y natural, en el sentido en que nosotros los israelíes que vivimos en la zona del medio oriente y también del mar Mediterráneo somos muy parecidos a los dominicanos, dos pueblos muy calurosos, muy acogedores, a veces un poquito intensos, y es una buena cosa, porque significa que la gente siente las cosas, y las expresa, así que me alegro de haber conocido este país, este pueblo; me alegro de haber conocido a gente con mucho deseo de avanzar en su país, mucho deseo, un sentido patriótico de amor a su tierra. Nosotros amamos nuestra tierra, y tenemos eso en común. Al final es la gente la que hace la diferencia, lo que más importa al final son las personas, lo que tú te llevas al final de tu misión, no son solamente los logros o los fracasos, no son los montos de inversión, aunque son importantes, son las relaciones personales que tú estableces, y eso será lo más difícil al final de la misión; es difícil ser diplomático y mantenerse a distancia de las emociones. Aquí encontré muchas personas a las que voy a extrañar.

P. ¿Qué recuerdos se llevará de República Dominicana?, ¿qué le hará falta?

R. Las personas, los amigos, los seres humanos, interactuar con otra cultura, poder conocerla a través de gente que siente, que ama su país, que ama su cultura, que está orgullosa. Eso es lo importante, la amabilidad de los dominicanos, su espontaneidad, el optimismo, que no es muy común. Las playas que no pude disfrutar mucho, y entiendo porque viene tanta gente aquí, la Zona Colonial, que es súper hermosa, la historia se puede sentir cuando tú caminas por las calles.

No me atrevo a decirlo por los capitaleños, pero me encanta Santiago. Aprecio mucho el carácter muy especial que tiene esa ciudad, su gente es muy relax. Hay algo en Santiago que me hace sentir muy bien cuando viajo, su camino, las montañas, su verdor. Santiago para mí es algo especial, tengo sentimientos particulares para esa ciudad.

P. ¿Cómo se dio el cambio de periodista a diplomático?

R. Fue un par de años que trabajé, como trabajo de estudiante, pues la verdad es que siempre me interesó el trabajo de periodismo. Si no hubiese entrado a la carrera diplomática, me imagino que el periodismo era lo próximo, el periodismo internacional, porque no me habría quedado en lo local. Yo creo que en los dos campos se necesita la misma cosa, que es mucha curiosidad, y un amor por la escritura. Si no te gusta escribir no puedes ser un buen periodista, y no sé si podría ser un buen diplomático. Escribir significa entender la importancia de la palabra, para mí es una fuente de inspiración; en los informes más sencillos siempre trato de responder si a mí me gustaría leer.

P. ¿Esa pequeña experiencia le sirvió para desarrollarse en el mundo diplomático?

R. Si, es una buena lección para saber cómo trabajar con los periodistas.

P. ¿Qué ha sacrificado en su vida personal por su trabajo?

R. Wow. Bueno es un rol muy visible, no soy una persona privada, soy representante de mi país, y en ese sentido es una obligación que trae con ella ciertos requisitos. La vida diplomática pide mucho de lo individual. A partir del movimiento de un país al otro, no importa si uno tiene familia, si es soltero, siempre hay desafíos. Si estás soltero, estás solo, si tienes familia, tienes que mover a tus hijos, se cambian escuelas, se cambian amigos cada tres o cuatro años, no importa.

En lo personal no puedo decir que estoy acostumbrado, porque uno nunca se acostumbra, pero sé lo que tengo que hacer para minimizar los efectos, los desafíos de este tipo de trabajo.

P. Ustedes han manifestado interés en que los productos criollos sean exportados a Israel. ¿Qué ha pasado, las autoridades no han mostrado interés?

R. No, no creo que sea eso, yo creo que hay que tratar de cerrar la brecha de la distancia, yo creo que las autoridades de aquí tienen interés, yo creo que esta administración está muy consciente de la importancia de la agricultura. Todos tenemos agendas muy agotadas, yo entiendo que somos un país lejano, pero no creo que sea por falta de interés, sino un proceso que tiene que madurar.

P. ¿Qué tipo de acuerdos bilaterales tiene actualmente su nación con República Dominicana?

R. Hay un acuerdo vigente en materia de agricultura, pero no se le ha dado seguimiento. No sé hasta qué punto se implementó.

P. Usted hablaba recientemente de que un grupo de empresarios estaban interesados en invertir en el país, ¿ya se han hecho algunos contactos en ese sentido?

R. Una empresa israelí ha firmado un acuerdo con el Banco Nacional de la Vivienda, que ahora hay que implementar, y no sé si se comenzó a hacer. Una compañía de infraestructura israelí también presentó su propuesta, y trajo su propio financiamiento para la reubicación de las comunidades próximas al lago Enriquillo, pero la obra fue otorgada al Ejército Nacional.

P. Ustedes son muy buenos en los campos de energía solar, seguridad y otras áreas, ¿estarían dispuestos a colaborar con las autoridades dominicanas en esa materia?

R. Yo conozco empresas israelíes que se dedican al campo de la energía alternativa, en lo solar, una de ellas tenía interés en trabajar aquí, pero la otra cosa que podría ser interesante es en el tema del ahorro de electricidad, o sea la tecnología que se puede utilizar en grandes empresas para ahorrar energía, y yo sé que hay varias empresas alrededor del mundo que hacen este tipo de cosas, existen también compañías israelíes del sector privado y público.

P. ¿En que aspecto usted cree que debemos mejorar?

R. No es mi lugar opinar. Yo creo que cuando se trata de naciones amigas, hay cosas que se dicen de manera más íntima, y no es que trate de hablar de algo específico, no es mi rol, mi rol es buscar donde nosotros podemos hacer más esfuerzos para mejorar las relaciones, esa es la única mejora de la que me puedo encargar.

P. A modo de conclusión, ¿qué mensaje le envía a los dominicanos?

R. Que traten de conocer a Israel con sus propios ojos, y eso lo pueden hacer visitándonos o virtualmente. Todo lo que Israel puede ofrecer en varios campos, y todo lo que se expone de Israel más allá de la política.

P. ¿Cuál será su nuevo destino?

R. Regreso a Israel, soy diplomático de carrera, con 20 años, este es mi quinto país, y voy a regresar hasta la próxima.

Condecoración

El canciller Carlos Morales Troncoso impuso ayer al embajador Sermoneta la condecoración de la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Gran Cruz Placa de Plata, otorgada por su labor realizada en el país. Morales Troncoso destacó el intercambio de visitas culturales y de cooperación en el ámbito comercial. "Ha trabajado incansablemente por el fortalecimiento de las excelentes relaciones que felizmente existen entre nuestros dos pueblos y gobiernos", dijo.