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Peregrinos de una 'favela' argentina parten a Paraguay para ver al Papa

BUENOS AIRES, Argentina.- Unos 180 peregrinos paraguayos y argentinos de la Villa 21 de Buenos Aires partieron este miércoles hacia Paraguay, con la esperanza de tener cerca al Papa Francisco, el 'amigo de los pobres', a quien conocieron cuando era obispo y arzobispo en la capital argentina.

Dirigidos por el cura 'villero' Lorenzo de Vedia, más conocido como Padre Toto, tres autobuses emprendieron pasado el mediodía los 1.200 km de ruta hasta Asunción, donde pernoctarán en un colegio que les abre las puertas.

Los esperan entre 24 y 30 horas de viaje, --"por la gran caravana de gente que va a cruzar la frontera", explica a la AFP el cura de la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, ubicada en la Villa 21, uno de los barrios más pobres de Buenos Aires, con población mayoritariamente de origen paraguayo.

Estos viajeros son apenas un puñado de las 1,5 millón de personas que según estimó el ministerio de Salud de Argentina se movilizarán hacia Paraguay para la visita del Papa, del 10 al 12 de julio, punto final de su gira sudamericana.

Los viajeros, que regresarán a Buenos Aires el 14 de julio, debieron pagar mil pesos (110 dólares) y vender rifas por otros 500 pesos, poco más de la mitad de un pasaje de ida y vuelta normal, para subirse a los autobuses de la parroquia.

Ayudado por un megáfono, el Padre Toto daba instrucciones sobre las precauciones a tomar con el boleto, que cada uno llevó colgado de su cuello, a modo de pase.

"Va a haber un montón de carroñeros que van a querer subirse a nuestra suerte. Solo los que tienen este boleto irán a Caacupé", advirtió el párroco, celoso de llegar con sus fieles al santuario ubicado a 60 km al sudeste de Asunción, donde el Papa oficiará una misa multitudinaria.

Centenares de litros de agua mineral forman parte del equipaje para prevenir eventuales problemas con el agua potable, mientras que la mayoría lleva una bolsa de dormir en sus maletas, repletas como para una larga estadía.

70% y 30% 

"Somos 70% paraguayos y 30% argentinos" en los autobuses, dijo a la AFP Evers, un paraguayo que organizaba las filas.

A los autobuses de la parroquia se subieron unos 40 alumnos de último año de la escuela que depende de la parroquia.

Angel Núñez, un joven paraguayo de 18 años, bailarín clásico que vive en la Villa 21 y alumno de la escuela, dijo que tiene "mucha esperanza de ver al Papa" y está feliz de poder hacer el viaje que lo regresará por primera vez en una década a su país natal, donde está su madre a la que no volvió a ver desde entonces.

Además de Buenos Aires, se espera que muchos peregrinos viajen desde el nordeste argentino, limítrofe con Paraguay.

No obstante, la cifra de 1,5 millón parece excesiva teniendo en cuenta las limitaciones de las aduanas en los principales pasos (Clorinda, Encarnación, Ciudad del Este), aunque se reforzarán los puntos fronterizos para agilizar los trámites.

Para evitar un colapso por los inconvenientes logísticos, la Iglesia católica argentina desistió de organizar viajes parroquiales.

"No se quiso robar protagonismo a los paraguayos, además el Papa vendrá el año próximo a Argentina", dijo a la AFP una fuente eclesiástica.

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