Movimiento contra la impunidad gana espacio pese a las fuertes críticas
Eli Heiliger
SANTO DOMINGO. El movimiento por el fin de la impunidad rápidamente ha ganado espacio dentro de la sociedad pese a los ataques de sectores contrarios a su existencia que lo asocian a alguna acción partidista que busca obtener réditos políticos a costa de críticas al Gobierno.
Empero, la consigna de castigo a la corrupción cada vez obtiene más simpatías en el seno de la población con pronunciamientos a favor de personalidades pertenecientes a todos los estratos sociales, incluso muchas ligadas al Partido de la Liberación Dominicana, que claman porque se haga justicia con los acusados de corrupción.
Muestra del respaldo que recibe en todo el país es la firma del Libro Verde del Fin de la Impunidad suscrito por miles de ciudadanos, lo cual debe provocar vergüenza en las autoridades el hecho de que sea necesario acudir a movilizaciones para exigir se castigue el robo al Estado.
Ha recibido un fuerte apoyo en las redes sociales, sobre todo Facebook e Instagram, Twitter, donde miles de dominicanos se manifiestan a través de videos, fotografías y otros mensajes.
Aunque originalmente estas acciones contra la impunidad fueron convocadas por jóvenes es un error catalogarlo como ” cosas de muchachos”, ya que al mismo acceden personas de todas las edades.
Más bien es un movimiento plural, de carácter netamente cívico apoyado por diversos sectores sociales, como quedó demostrado en la marcha del 22 de enero, en el Distrito Nacional.
Las lucha contra la impunidad
El éxito de la lucha contra la impunidad llevada cabo en los últimos meses marca el inicio de la radicalización de la postura de amplio sectores de la vida nacional contra la impunidad lo que revela su cansancio por falta de acción de las autoridades en este sentido.
Rápidamente la demanda del fin de la impunidad se ha extendido por todo el territorio nacional y en el exterior donde quiera que reside un dominicano.
El éxito se debe, entre otras cosas, a su carácter cívico y a la justeza de sus demandas, como es terminar con la impunidad, que en los últimos tiempos se ha caracterizado por mayúsculos escándalos.
El caso que ha coronado la situación es el soborno a funcionarios locales por parte de la empresa brasileña Odebrecht, que habría pagado 92 millones de dólares a fin de obtener la concesión para construir obras públicas que luego sobrevaluó.
Los escándalos de corrupción ya han provocado la muerte de al menos cuatro personas en los últimos años, producto de las mafias operadas en la Oficina de Ingenieros Surpervisores de Obras del Estado (OISOE) y el Consejo Estatal del Azúcar.
El 25 de septiembre del 2015 en San Pedro de Macorís, el arquitecto David Rodríguez, quien tenía una contrata de la OISOE para construir una escuela, se suicidó en protesta por la mafia que lo obligaba a dar dinero a funcionarios por el pago de las cubicaciones.
Mientras el martes 14 de febrero de este año el nombrado José Rodríguez mató de varios balazos a los locutores Leo Martínez y Luis Martínez e hirió a una secretaría de la emisora FM 103, en protesta por una mafia que operaba en el Consejo Estatal del Azúcar a la que responsabilizó de despojarlo de una porción de terreno, previamente pagado, para asignarlo a otra persona.
Eli Heiliger
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