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El descuido de la ONU que causó más de diez mil muertos en Haití y República Dominicana

Diario español explica en un reportaje cómo el organismo internacional llevó la enfermedad a Haití

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El descuido de la ONU que causó más de diez mil muertos en Haití y República Dominicana

SANTO DOMINGO. El cólera, una enfermedad prevenible y curable pero que puede causar la muerte en cuestión de horas, ha causado en los últimos seis años más de 10,000 muertos en la isla, 9,145 de los decesos en Haití, país al que, según investigaciones, la enfermedad llegó por un contingente de soldados nepalíes de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH).

La epidemia en Haití se ha “calentado” después que la ONU admitió su “propia participación” en el resurgimiento de la enfermedad, de la que no se conocían casos desde hacía cien años.

Cómo la ONU llevó el cólera a Haití, según sus propios expertos

El diario digital español elconfidencial.com relata en un reportaje difundido este martes cómo la ONU llevó a Haití el cólera, según sus propios expertos, y cita que tras el terremoto la ayuda internacional se intensificó y el ocho de octubre del 2010 un nuevo contingente de soldados de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH, por sus siglas en francés) llegó al país caribeño para actuar de reemplazo y se desplegó en el llamado Campo Annapurna, en el área de Mirebalais.

El reportaje, firmado por Daniel Iriarte, al citar el informe de Philip Alston, narra que esos militares habían recibido entrenamiento en Katmandú, justo en mitad de un estallido de cólera en la capital nepalí. “A los pocos días, decenas de haitianos que residían en las aldeas próximas al campo habían enfermado”.

Alston, un profesor de la Universidad de Nueva York que ejerce como asesor de la ONU en materia de derechos humanos y pobreza extrema, confirma lo que otros investigadores han concluido, que “el 16 o 17 de octubre” del 2010 una compañía de instalaciones sanitarias que operaba bajo contrato de la Minustah, cuyo nombre el experto evita señalar, se ocupó de vaciar los tanques de residuos del campo.

Sin embargo, la fosa séptica estaba llena, de modo que “el conductor volcó el contenido de forma que una gran cantidad de materia fecal entró en el torrente local y fluyó hasta el río Artibonite. A la mañana siguiente, muchas personas en las comunidades situadas río abajo estaban infectadas”, afirma Ralph R. Frerichs, autor de un libro sobre la propagación de la enfermedad, citado por Alston.

Las consecuencias del descuido fue una epidemia que causó 9,145 personas muertas y casi 800 mil infectados hasta la fecha por la enfermedad que, según una publicación del diario Elconfidencial.com, era desconocida en el Haití contemporáneo.

La semana pasada, por primera vez, la ONU admitió su “propia participación” en la aparición del cólera en el país caribeño, acercándose así un poco más a admitir un poco su responsabilidad, aunque no total porque se ha amparado bajo su inmunidad diplomática, confirmada por la justicia estadounidense, ante las demandas presentadas por las víctimas.

La ONU adelantó un paquete de acciones que tiene previsto anunciar en los próximos meses para apoyar a Haití en su lucha contra el cólera.

“A lo largo del año pasado, la ONU se ha convencido de que tiene que hacer mucho más acerca de su propia implicación en el estallido inicial y el sufrimiento de los afectados por el cólera”, admitió Farhan Haq, portavoz del secretario general, Ban Ki-moon.

En un principio, la ONU rechazaba las acusaciones al alegar que no existían pruebas concluyentes de que la epidemia había sido provocada por la fuerza de paz. Desde que aparecieron los primeros señalamientos, el organismo internacional estableció un panel independiente de expertos que concluyó que “la fuente del estallido de cólera en Haití se debió a la contaminación del afluente Méyé del río Artibonite con una cepa patógena del tipo “Vibrio Cholerae”, actual del sur de Asia como resultado de la actividad humana”.

Agregó que un conjunto de deficiencias sanitarias sumado a la cepa propició la propagación de la enfermedad.

“El estallido fue causado por una confluencia de circunstancias, y no fue la culpa ni la acción deliberada de un grupo o individuo”, aseguró.

El Confidencial cita las consideraciones de Alston sobre que la postura “inconsistente” de la ONU se ha vuelto insostenible en los últimos años ante la aparición de nuevas evidencias científicas.

Para empezar, epidemiólogos han rastreado el o rigen de la cepa vírica hasta el propio nepal, pero, además, señala el experto, “el hecho es que no se habría producido el brote de cólera si no fuese por las acciones de las Naciones Unidas”.

Destrucción de evidencias

“Durante años, mientras miles –o decenas de miles- de haitianos tuvieron dolorosas y degradantes muertes de deshidratación por vómitos y diarrea, la organización humanitaria internacional más importante del mundo destruyó evidencias, fingió y, cuando todo lo demás falló, se cerró en banda”, cita textualmente elconfidencial.com el artículo de Jonathan M. Katz, del diario New York Times.

Agrega el artículo de M. Katz que Ban ki Moon incluso promovió al jefe de la misión de mantenimiento de la paz en Haití en la época del estallido y el encubrimiento inicial al puesto de jefe de personal de su equipo”.

En el 2013, Navi Pillay, alta comisionada de la propio ONU, pidió pagar compensación por los miles de haitianos fallecidos por el brote de cólera en la nación caribeña.

“He utilizado mi voz dentro y fuera de Naciones Unidas para pedir lo correcto: una investigación de la ONU, del país interesado y me mantengo del lado de las víctimas de aquellos que sufrieron como resultado del cólera para que reciban una compensación”, pidió Pillay, lo que reflejó la división entre funcionarios del organismo ante la problemática.

Alston, citado nuevamente por elconfidencial.com refiere que compensar a las víctimas significaría “casi cinco veces el presupuesto anual total para las operaciones de mantenimiento de paz en todo el mundo”.

El profesor de la Universidad de Nueva York y asesor de la ONU considera, contrario a los que muchos creen, que el organismo internacional “tiene mucho que ganar si se replantea su postura, y muchísimo que perder si mantiene obstinadamente su enfoque actual”.

“Lo que está en juego es la credibilidad general de la organización en muchas áreas diferentes. Su posición actual sobre el cólera en Haití choca con los principios que expone con firmeza en otras áreas claves”, indica Alston citado por elconfidencial.con.

En los dos primeros meses de 2016, en Haití, la enfermedad había infectado a más de 6.000 personas y matado, en promedio, a 37 personas por mes, según publicaciones de la agencia AP.

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