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Hogar para ancianos Bet-El reclama entrega de subvención

Hace dos meses que el Gobierno no les entrega los fondos asignados

SANTO DOMINGO. En la planta baja de uno de los edificios ubicados en la calle Juan Isidro Pérez, en la Zona Colonial, envejecientes e indigentes entran y salen a su antojo. Van a desayunar, algunos se quedan a esperar el almuerzo y otros prefieren volver próximo al mediodía, cuando la comida la están a punto de servir.

Son en promedio 30 a 40 personas que día tras día reciben también asistencias médicas en diferentes especialidades y estadías en el Hogar de Ancianos Bet-El, un lugar higiénico y adaptado para que los adultos mayores puedan sentirse cómodos y cuidados.

Ana de Jesús de Bidó y su esposo, José Bidó, médicos-geriátras, son los responsables de acoger ancianos abandonados y con necesidades de protección en salud y alimentación.

Han dedicado 33 años de sus vidas a esta causa y a pesar de que sus edades también avanzan, se sienten con el compromiso de seguir ayudando a otros, quizás porque Ana en su niñez necesitó de esa protección.

Ellos donaron su casa para los ancianos e indigentes y sus intenciones es seguir trabajando en este y otros programas asistenciales que desarrollan, como el de ayuda a adolescentes embarazadas de los sectores más pobres del Gran Santo Domingo.

Pero está el problema de que los recursos que reciben del Gobierno no les alcanza para la obra.

Es una subvención mensual de RD$ 133,000 que no reciben desde el pasado mes de diciembre y que no se les aumenta hace más de seis años.

Los responsables del hogar están desesperados, debido a que el retraso del bajo monto los obliga a pagar mora por los servicios básicos vencidos.

La situación afecta a los 12 empleados que tiene el centro y que sus sueldos se cubren con la ayuda estatal.

Ana no tiene intención de hablar mal del Gobierno, sino llamar su atención de las autoridades competentes, porque la falta de dinero afecta al centro y la economía de sus empleados.

Las despensas están casi vacías, porque los alimentos que les provee el Plan social de la Presidencia funciona de abril a octubre y una ración especial en diciembre.

Ellos sobreviven, porque una cadena de supermercados les provee alimentos, de los cuales distribuye entre los ancianos que prefieren recibirlos crudos para llevarlos a sus casas y compartirlos con otros familiares.

Dentro del hogar hay consultorio médico, una habitación preparada con una cama, por si alguno de los usuarios se siente enfermo.

Tiene un área administrativa, un salón multiuso, cocina amplia y organizada, tres baños preparados con agarraderas de hierro alrededor de los inodoros, para facilitar la movilización de los envejecientes.

El balcón fue ampliado y convertido en terraza, con hileras de sillas y un televisor, donde los beneficiarios se entretienen y comparten anécdotas. Todas las áreas están climatizadas con abanicos de techo.

Supervisión

El lugar es supervisado periódicamente por el Ministerio de Salud Pública, la Cámara de Cuentas y el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente.

El Programa de Medicamentos Esenciales les provee de medicamentos y pañales desechables, que utilizan también entre los adultos mayores a quienes asisten en sus casas.

Ana y su esposo también les predican a los envejecientes la palabra de Dios, pues ella es pastora de la Iglesia Restauración.

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