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Víctimas de los fanáticos insaciables

El público exige a las oficinas resultados que se van de las manos de ejecutivos

SANTO DOMINGO. ¿Puede haber alguien más aguilucho que Winston Llenas, protagonista como jugador, dirigente y ejecutivo en 19 de los 20 campeonatos que ha ganado el conjunto cibaeño? ¿Qué cuota de responsabilidad tuvo Fernando Ravelo en la "sequía" de cuatro torneos sin levantar la corona que lleva el Licey?

En medio de la resaca del tercer título en cuatro certámenes del Escogido, Llenas y Ravelo, cerebros de nueve de las últimas 13 coronas que se han disputado, han robado protagonismo, uno que ninguno de los dos quisiera.

De momento, Ravelo ya comenzó a pagar platos rotos al ser movido de su puesto de gerente general del centenario equipo, una posición que según fuentes contactadas por DL pagaría entre US$10 mil y US$15 mil en cada uno de los 12 meses del año.

Una parte considerable del soberano público acusa al Chilote de "tacaño", de no haber hecho el esfuerzo necesario con el talonario para lograr fichajes que hubiesen evitado que los escarlatas ganaran el match final.

Ese mismo Llenas estructuró un equipo que ganó la serie regular y el round robin, además de que llegó a la final como favorito, según varios expertos.

La pasada fue la segunda visita en fila a la etapa definitoria para las Cuyayas, tras pisar fondo con dos ausencias de la postemporada (2009-10 y 2010-11) y someter el conjunto a una transformación completa.

Ayer, la oficina amarilla le dio un espaldarazo a Llenas.

"Para quienes siempre buscan pescar en río revuelto: Winston Llenas seguirá con AC, sólo su deseo o la muerte lo apartarían", escribió en su cuenta de Twitter Luichy Sánchez, ejecutivo del equipo y miembro de una de las familias más influyentes de la franquicia.

"No es nuevo, las voces agoreras surgen cada vez que AC no ganan un campeonato, como si eso fuera una obligación", tuiteó Sánchez, quien también trabaja en la cadena de transmisión aguilucha.

Quien asuma que la presión obedece al hecho de que amarillos y azules son dueños del 72% de la simpatía en la pelota doméstica (según la encuesta Penn, Schoen & Berland de mayo pasado) y del 67% de los títulos, puede tener parte de la razón. Son dos aficiones a las que solo las emociona el campeonato, nada más.

Pero los fanáticos de los seis equipos dominicanos siempre personalizan las causas de desempeños por debajo de sus expectativas. Desde el terreno a las oficinas, incluyendo cábalas tales como que a las Estrellas le cayó una maldición o que determinados narradores y comentaristas tienen un "fucú", como dice el ganador del premio Pulitzer, Junot Díaz, en su obra La Maravillosa Vida Breve de Óscar Wao".

O pregunten sobre esta paciencia de las gradas a Carlos Santana, receptor de Grandes Ligas al que la afición roja esperó con ansia por un lustro para verlo jugar. Bastó que éste atravesara una racha de 20 turnos improductivo para escuchar fuertes abucheos.

Hasta Miguel Tejada, bautizado como El Pelotero de la Patria, ha sido víctima de un público que, tras comprar su taquilla e ingresar al parque, se siente con todo el derecho para decir lo que le parezca.

Cuatro de los seis dirigentes que comenzaron el 14 de octubre pasado fueron despedidos antes de los playoffs, incluyendo a Ken Oberkfell, quien condujo a los Leones a dos títulos en tres torneos.

Carlos Febles, que sustituyó a Eddie Díaz con los Toros, dejó el puesto a pocos días, alegando amenazas de fanáticos. Héctor de la Cruz "La Manta" informó que estuvo a punto de ser agredido por una persona cercana a un ejecutivo de la liga, quien cuestionó la forma en qué manejó el pitcheo en el partido que eliminó a los romanenses.

Política y pelota

"Es dificilísimo trabajar en la pelota dominicana, hay que tener mucho carácter, saber de béisbol y conocer el fanático", dijo Ramón Peña, quien ha sido gerente de tres equipos: los Caimanes del Sur (1985-86), Azucareros del Este (1988-89), Leones del Escogido (2000-2002) y Gigantes del Cibao (2008-2009).

"Lo que pasa es que el dominicano se siente que sabe mucho de política y de pelota, cuando estás ganando no hay problemas, pero tan pronto cae en una racha empieza a buscar responsables", agregó Peña, que llevó a Leones y Potros hasta finales.

La crisis azul

Ravelo, quien dirigió las operaciones azules por 12 años con cuatro títulos nacionales y dos Series del Caribe, se había salvado de una ola crítica que ha encontrado en las redes sociales un espacio sin límite alguno para desahogarse.

Despedir el dirigente era la primera opción para enviar el mensaje de que se hacían esfuerzo para mejorar. Pero la contienda que acaba de terminar fue la sexta en fila en la que el estratega que inició en la cueva no terminó.

Esta campaña los "flies" continuaron picándole en los pies a Ravelo y en noviembre fue cancelado Ángel "Aroboy" Santana y el entrenador Dean Treanor. El torneo pasado, el hecho de que el equipo haya traído algunos de los principales prospectos del béisbol no compensó y se pidió la cabeza de "Fernand", a pesar de que su padre es el actual presidente del club.

El precio de la oficina

Ser gerente en la pelota local, una plaza que según varias fuentes consultadas paga entre US$8 mil y US$15 mil al mes, representa extensas jornadas durante los tres meses de temporada.

Peña afirma que el horario en oficina comprende de nueve de la mañana de un día a una de la madrugada del siguiente, con una gran presión para familiares y amigos que asisten a los estadios donde los fanáticos suelen expresar sus opiniones con palabras soeces.

Este fue uno de los argumentos que presentó Alfredo Griffin cuando renunció a trabajar en el terreno o la oficina con las Estrellas Orientales. No podía asistir a un banco, supermercado, cine o farmacia, sin que uno de esos "gerentes" lo abordara para darle instrucciones de qué tenía que hacer.

De hecho, Peña revela que cuando trabajaba con el Escogido y su esposa visitaba el estadio prefería que esta se sentara lejos de él. Sin embargo, esto no evitaba que recibiera la gran carga negativa que representa pasarse más de dos horas escuchando improperios similares o peores a los de un pueblo inconforme con políticos.

NPerez@diariolibre.com

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