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Más valor agregado y educación

Señor Presidente:

Debo seguir señalando aspectos fundamentales alrededor de la palabra mágica: competitividad, en relación al empleo en nuestro país que tanto le cuesta a los empleadores.

Que no se desvíe la atención esencial de la necesidad de exportar productos de mayor valor agregado centrando sus negociaciones comerciales con EUA y UE en exigir mejores condiciones para nuestros productos agrícolas, algo que es totalmente legítimo y justificable, que como Brasil y Argentina han hecho que concentran sus energías en apenas una de las varias batallas comerciales que debemos estar librando. Estaremos poniendo una buena parte de nuestra energía en ampliar la tajada del 4% de la economía mundial, en lugar de -además de seguir exigiendo el desmantelamiento de las barreras agrícolas- iniciar una cruzada interna para aumentar la competitividad de nuestras industrias y entrar verdaderamente en la economía del conocimiento del siglo 21.

La experiencia de países como Polonia, R. Checa, China e Irlanda y varios otros, demuestra que hay que invertir más en educación, ciencia y tecnología para tener una población capaz de producir bienes industriales

sofisticados, servicios o productos de la economía del conocimiento y así llegar a registrar mayor número de patentes, por lo que la investigación y desarrollo deberá ser un renglón de inversión a mejorar sustancialmente, a la vez que creamos una fuerza de trabajo calificadas para fabricar (PAVA).

Por último, los economistas ortodoxos y las instituciones financieras internacionales se acordaron tarde de la importancia de la educación en el desarrollo de las naciones: en la década de los noventa, predicaron reformas económicas y políticas, pero sin incluir la educación entre las máximas prioridades. Y si algo quedó demostrado es que los países latinoamericanos pueden cortar el gasto público, bajar la inflación, pagar la deuda externa, reducir la corrupción y mejorar la calidad de las instituciones políticas y públicas y seguir siendo pobres por no poder generar productos sofisticados. La mayoría de los países siguen reestructurando sus economías una y otra vez y permanecemos pobres... y el futuro es cada vez más oscuro porque generan y exportan muy poco conocimiento.

Ing. Ricardo Álvarez

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