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CRISIS DE INMUEBLES TURÍSTICOS

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CRISIS DE INMUEBLES TURÍSTICOS

Durante los últimos cuatro anos, desde finales del 2008, la crisis inmobiliaria de Estados Unidos se convirtió en una crisis económica y financiera y luego en una crisis global, que ha impactado muy negativamente a los inmuebles turísticos en Dominicana.

Desde entonces y actualmente la industria de los inmuebles turísticos en el país se encuentra profundamente afectada y las nuevas autoridades que asumen el mando deberán prestar una atención muy especial a este asunto, para que no les vaya a explotar en el inicio de la gestión.

Los grandes complejos inmobiliarios turísticos tradicionales han visto mermar su desarrollo durante el ultimo cuatrienio y en algunos casos ha habido un detenimiento casi total. Los complejos iniciados antes del 2008 no han podido superar la primera fase de desarrollo y se han estancado.

Lo peor ha ocurrido con los nuevos proyectos, iniciados o listos para iniciar cuando estalló la crisis mundial, muchos de los cuales ya desaparecieron por completo y otros no lograron pasar de un costoso coctel de lanzamiento y una fotografía de primer picazo, muchas veces embarazosa para los fotografiados.

El turismo inmobiliario es un segmento de gran importancia en la consecución de la meta de los 10 millones de turistas dentro de 10 años deseada por el Presidente Danilo Medina y prometida por el Partido de la Liberación Dominicana en su programa de gobierno.

Por tanto debe ser prontamente saneada para que no de al traste con las metas trazadas y no se convierta en un riel flojo, sin tornillos, que vaya a descarrilar la locomotora del desarrollo económico nacional.

Las entidades reguladoras del Estado están obligadas a jugar un papel responsable y a actuar de manera conjunta para preservar la salud de la industria turística y para garantizar la inversión realizada por miles de adquirentes nacionales y extranjeros que han invertido millones de dólares en la compra de inmuebles turísticos.

La Superintendencia de Bancos debe revisar cada uno de los créditos otorgados para el desarrollo de inmuebles turísticos y debe actualizar la calificación de los prestamos y de los prestatarios.

La Superintendencia de Valores debe revisar cada una de las emisiones aprobadas para el desarrollo de inmuebles turísticos y determinar la capacidad real de repago del capital y de los intereses por parte de los emisores.

El Ministerio de Turismo debe revisar cada una de las Clasificaciones Definitivas otorgadas en los últimos 10 años a proyectos de inmuebles turísticos y determinar cuales debe mantener vigentes y cuales debe revocar.

La Dirección General de Impuestos Internos debe revisar el Régimen Especial creado por la Ley de Incentivo Turístico 158-01 y determinar si real y efectivamente aquellos proyectos que se han acogido a este régimen han hecho las inversiones prometidas y han creado los empleos prometidos a cambio de los beneficios recibidos.

Resulta incongruente que mientras el Ministerio de Turismo ha otorgado Clasificación Definitiva a varios cientos de proyectos de inmuebles turísticos durante los últimos 10 años, solo 60 proyectos se han acogido al régimen Especial de la DGII. ¿Qué ha pasado con los demás?

La crisis de inmuebles turísticos debe ser atendida a tiempo por las entidades reguladoras estatales, para que no vaya a estallar al inicio de un nuevo mandato gubernamental y no vaya a dejar con las dos manos en la cabeza a miles de Propietarios nacionales y extranjeros.

Los tiempos han cambiado, sobretodo desde finales del 2008, y ya no se construye con el dinero de los bancos y de los compradores. Hoy día hay que tener el bolsillo profundo para meter la mano y sacar capital propio para desarrollar.

Los proyectos inmobiliarios turísticos que no han contado con el éxito económico esperado y que no han podido salir adelante no pueden bajo ningún concepto dañar la imagen de la industria turística en general ni la del sector de inmuebles turísticos en particular.

Todavía se está a tiempo de actuar y de sanear, pero hay que hacerlo de inmediato y con mucha responsabilidad, sobretodo si se quiere empezar con buen pie un nuevo periodo de Gobierno.

Es hora ya de revisar y regular para enfrentar la crisis de inmuebles turísticos y preservar sana esta parte de la industria de la hospitalidad.