18 metros cuadrados
Inés Aizpún
Una periodista brasileña viajó a Suecia para ver cómo trabajan y qué sueldos y privilegios tienen los diputados suecos.
Algo deben hacer bien en Suecia, para estar siempre en los primeros lugares en la listas de desarrollo humano, de igualdad, de calidad de vida, de sostenibilidad medioambiental, de índices escolares...
Lo que la reportera encontró es que los diputados no tienen privilegios. Ni barrilitos ni barrilones, por supuesto. Pero tampoco carro oficial ni chofer asignado. Por no tener, no tienen ni secretaria o asesores pagados con dinero de los contribuyentes.
Sus señorías, si es que también se llaman así en Suecia, viven además en unos apartamentos de 40 metros cuadrados con una lavandería comunitaria para cuando llegan de sus provincias a las sesiones del Parlamento. Los hay todavía más ajustados, con unas soluciones habitacionales de 18 metros cuadrados, con una zona común de cocina y comedor.
¿Demasiado estrecho? Ellos sabrán... y eso que estos nórdicos suelen ser mocetones de altura.
La cuestión es que no importa tanto el tamaño del apartamento que necesitan, como el concepto que de la labor que desarrollan los legisladores tienen tanto los electores como los elegidos.
Algunos de nuestros parlamentarios necesitan los 18 metros cuadrados solo para acomodar su ego en las sesiones. Y otros, en ese espacio, no podrían ni archivar la intrahistoria de sus componendas de los últimos años...
IAizpun@diariolibre.com
Algo deben hacer bien en Suecia, para estar siempre en los primeros lugares en la listas de desarrollo humano, de igualdad, de calidad de vida, de sostenibilidad medioambiental, de índices escolares...
Lo que la reportera encontró es que los diputados no tienen privilegios. Ni barrilitos ni barrilones, por supuesto. Pero tampoco carro oficial ni chofer asignado. Por no tener, no tienen ni secretaria o asesores pagados con dinero de los contribuyentes.
Sus señorías, si es que también se llaman así en Suecia, viven además en unos apartamentos de 40 metros cuadrados con una lavandería comunitaria para cuando llegan de sus provincias a las sesiones del Parlamento. Los hay todavía más ajustados, con unas soluciones habitacionales de 18 metros cuadrados, con una zona común de cocina y comedor.
¿Demasiado estrecho? Ellos sabrán... y eso que estos nórdicos suelen ser mocetones de altura.
La cuestión es que no importa tanto el tamaño del apartamento que necesitan, como el concepto que de la labor que desarrollan los legisladores tienen tanto los electores como los elegidos.
Algunos de nuestros parlamentarios necesitan los 18 metros cuadrados solo para acomodar su ego en las sesiones. Y otros, en ese espacio, no podrían ni archivar la intrahistoria de sus componendas de los últimos años...
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