Los motores y las armas

El país pide a gritos una solución al problema de los asaltos utilizando motocicletas y solo la Vicepresidenta responde.

Se dirá que el problema es complejo, que no se puede impedir que dos personas circulen en las motos y que el motoconcho es una institución en el país.

Que, por otra parte, la mayoría de los motores no tienen placa ni sus conductores licencia, y un largo etc. de excusas, pero lo más sencillo del mundo es organizar las cosas cuando hay voluntad para hacerlo.

Si no se puede resolver lo de las placas, identifíquese a los conductores con un número en un chaleco obligatorio, como era antes con las tablillas de los taxis o conchos.

Si Juan no tiene los papeles del motor, simplemente inscríbanlo en una lista y dénle el chaleco con número. Cuando algo pase con ese motor, el del chaleco es fácilmente identificable.

Eso ha dado muy buen resultado en todas partes. ¿Por qué aquí no se puede?

Con las armas pasa otro tanto.

Todo el mundo tiene derecho a tener un arma, pero no a portarla.

Se debe prohibir totalmente el porte de armas. Así, quien ande con un ama en la calle, por definición es un delincuente y la Policía tiene derecho a detenerlo, investigarlo y procesarlo.

Ahora mismo, con todo el mundo armado, no hay forma de distinguir los buenos de los malos.

Limitar el porte permitiría identificar a los policías malos, que ahora no se podrían confundir con los ladrones. Manos a la obra.

atejada@diariolibre.com