Milton tiene razón
Diario Libre
El Presidente del Tribunal Constitucional tiene razón: en un sistema de equilibrio de poderes, no hay razón alguna para que las instituciones de uno de los poderes del Estado estén mendigando recursos del Presupuesto.
En las democracias funcionales existe una especie de modus vivendi, por medio del cual se respetan las solicitudes de los demás poderes que, por definición, deben ser razonables.
De ese modo, se evitan las enojosas intromisiones de una función estatal en las demás y el aparato del Estado funciona armónicamente.
En el Gobierno Central es otra cosa, porque en éste, la Presidencia de la República a través de sus órganos de planificación y ejecución del Presupuesto, impone las reglas convertidas en políticas de Estado.
La racionalidad del gasto a que se aspira no se logra recortando innecesariamente los fondos a los tribunales de justicia o a la Junta Central Electoral. En el Poder Legislativo hay mucha grasa que cortar, comenzando por los "barrilitos" y "cofresitos".
En el Gobierno Central existe cantidad de grasa superflua que requeriría de una operación bariátrica.
Por supuesto, como se trata del primer ejercicio presupuestal del nuevo gobierno, todavía persisten vicios del pasado. Ahí es donde el presidente Medina tiene que imponer su visión de las cosas y su nuevo estilo, pero que no crea que podrá arreglarlo todo en una jornada. El mundo se creó en siete días. Él tiene cuatro años para dejar su impronta.
atejada@diariolibre.com
En las democracias funcionales existe una especie de modus vivendi, por medio del cual se respetan las solicitudes de los demás poderes que, por definición, deben ser razonables.
De ese modo, se evitan las enojosas intromisiones de una función estatal en las demás y el aparato del Estado funciona armónicamente.
En el Gobierno Central es otra cosa, porque en éste, la Presidencia de la República a través de sus órganos de planificación y ejecución del Presupuesto, impone las reglas convertidas en políticas de Estado.
La racionalidad del gasto a que se aspira no se logra recortando innecesariamente los fondos a los tribunales de justicia o a la Junta Central Electoral. En el Poder Legislativo hay mucha grasa que cortar, comenzando por los "barrilitos" y "cofresitos".
En el Gobierno Central existe cantidad de grasa superflua que requeriría de una operación bariátrica.
Por supuesto, como se trata del primer ejercicio presupuestal del nuevo gobierno, todavía persisten vicios del pasado. Ahí es donde el presidente Medina tiene que imponer su visión de las cosas y su nuevo estilo, pero que no crea que podrá arreglarlo todo en una jornada. El mundo se creó en siete días. Él tiene cuatro años para dejar su impronta.
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