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Alfabeticemos… pero como debe hacerse

1Porque el analfabetismo es una afrenta para la democracia, su encaramiento debe ser una tarea ineludible para todos los sectores de la vida nacional. Y es que el analfabetismo, además de limitar el pleno desarrollo de las personas y su participación en la sociedad, tiene efectos durante toda su vida, afectando el entorno familiar, limitando el acceso a los beneficios del desarrollo y obstaculizando el disfrute de otros derechos humanos (CEPAL, 2010).

2Entonces, alfabeticemos… pero como debe hacerse. Comencemos por sincerar las cifras y el discurso. Pese a que los datos oficiales hablan de 700,000 analfabetos, otras fuentes afirman de que en el país hay mucho más de un millón de dominicanos y dominicanas que no saben leer ni escribir, con todas las consecuencias que ello conlleva. República Dominicana está entre los cinco países con una tasa más alta de analfabetismo. Según el economista Miguel Ceara Hatton, en el país el 25% e la población es analfabeta funcional. (Hoy Digital, 11 sept.2002). Y el dato alarma.

3Comencemos por preguntarnos si el Programa Nacional de Alfabetización debe verse como una rápida respuesta a una promesa de campaña que hiciera el hoy presidente de la República, Danilo Medina o, si por el contrario, como una reivindicación de la imagen pública del país frente a promesas incumplidas de compromisos que sobre el particular no fueron honrados por los gobiernos que precedieron a éste. Sirva como ejemplo la declaración hecha en el 2010 por el entonces presidente Leonel Fernández ante la Asamblea de las Naciones Unidas de que el país no podría cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), atribuyéndolo a "circunstancias imprevistas tanto internas como externas". Los ODM se describen como ocho propósitos de desarrollo humano que los 189 países que componen las Naciones Unidas acordaron lograr para el año 2015. Entre éstos figura erradicar la pobreza extrema y el hambre en un 50% y, de igual manera, el analfabetismo. Constan en la prensa escrita de la época reacciones diversas condenando esta decisión.

4El otro compromiso en el cual el país está rezagado se refiere a los compromiso y propósitos derivados de las Metas Educativas 2021, proyecto educativo aprobado en la XVIII Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Mar del Plata, Argentina en 2010, y que tiene como objetivo principal "mejorar la calidad e la educación para hacer frente a la pobreza y a la desigualdad, y de esta forma, favorecer la inclusión social". Esto supone abordar con decisión retos aun no resueltos: analfabetismo, abandono escolar temprano, trabajo infantil, bajo rendimiento de los alumnos y escasa calidad de la oferta de la educación pública. Año 2021. El reto se vuelve reverente, en tanto debe asumirse en el marco de la "Educación que queremos para la generación de los Bicentenarios" en Latinoamérica.

5La estrecha vinculación entre los ODM y las Metas Educativas 2021, obligan a establecer una relación entre el abandono del compromiso con lo primero y el rezado visible con el cumplimiento de lo segundo. Tras haber hecho el gobierno caso omiso de los compromisos, el pueblo debió emprender arduas luchas para obtener el 4% del PIB para la educación, enfocando su inversión en el mejoramiento de la situación laboral y la baja calidad de vida de los profesores, la merma de la educación técnica impartida en los politécnicos y la escasa atención a las poblaciones con necesidades educativas especiales: discapacitados físico-motores, invidentes, sordomudos y otros. Y lo son también las evaluaciones internacionales que ponen de manifiesto grandes déficit de la calidad de la educación dominicana.

6La alfabetización de los adultos no puede ser asumida como un asunto de aprendizaje cognitivo útil para acceder a un mejor trabajo y participar en diferentes instancias sociales, sino que sobre todo es una forma de promover los derechos humanos y la ciudadanía, la equidad de género, la cohesión y la inclusión social. La alfabetización y la universalización de la educación básica no son ya parte de una política educativa compensatoria de carencias y limitaciones del pasado. La alfabetización y la educación a lo largo de la vida son prioridades políticas, requisitos de un Estado democrático, necesarios para asegurar el desarrollo de las personas y sus comunidades (M. E., 2021).

7Hay que destacar que debe evitarse la falsa creencia de que la simple alfabetización reduce la pobreza. Creerlo y difundirlo es simple demagogia. No puede haber verdadera alfabetización en una economía de penuria. Es necesario sumar elementos éticos y políticos a los de carácter económico y social que no siempre son valorados en su justa medida en la lucha contra el analfabetismo. La pobreza no se combate ni se reduce solamente creando condiciones para un mejor empleo, si es que hubiese empleos suficientes. Y esto debe ser altamente alertante cuando estadísticas serías confirman que en la República Dominicana la mitad de la población vive en la pobreza y más de un millón vive la pobreza crítica. Súmese a esto los dos millones de desnutridos que se reportan en el país. En estas circunstancias resulta muy difícil alfabetizar ni no se combaten los factores socioeconómicos y políticos que generan la pobreza.

8Las personas iletradas tienen serias limitaciones a la hora de conocer y acceder a los derechos individuales que la ley le otorga, así como participar activa y conscientemente en el logro de los derechos colectivos vinculados a la dignidad humana. "Un proceso democrático requiere de personas que participen activamente en la vida política y social, para ello es fundamental contar con individuos alfabetizados. Sin una población consciente y demandante de sus derechos y organizada en torno a organizaciones políticas, gremiales, civiles y comunitarias, no es posible que se desarrollen políticas públicas que beneficien el conjunto de población y fortalezcan el estado de derecho". (CEPAL, 2010).

9¿Qué pasará realmente con el Programa Nacional de Alfabetización "Quisqueya aprende contigo"? Hasta donde ha permitido ver el hermetismo y la celeridad, "casi al vapor", con que se ha instrumentalizado el programa se pueden expresar algunas consideraciones que pueden nutrir el obligado debate sobre el tema. El diseño, gerencia y elección de los facilitadores del programa presentan un carácter marcadamente político y "oficialista". Manejado por una comisión gubernamental, promovido por entidades gubernamentales: gobernadores, legisladores y entidades del partido oficial, al margen de una participación significativa de instituciones y personas de la sociedad civil, puede alejar a posibles usuarios provenientes de otros litorales políticos, a los alejados de la política o tremendamente impactados por la controversial reforma fiscal que traerá más pobreza para muchos.

10El programa de alfabetización necesariamente debe abrirse el debate, debe nutrirse de una visión ampliamente democrática y participativa aunque haya que posponer el inicio del mismo. Participemos en el debate. Exijamos el debate. Exijamos que se alfabetice… pero como se debe. Y hagámoslo en nombre de la democracia. Como en otras tantas luchas por la educación dominicana, hagamos de la responsabilidad una obligación. Ignorar no es un derecho.