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Hay que cambiar el método

Con la violencia la forma vieja ha fracasado

El Código lo empezaron a desacreditar desde antes de aplicarse, y cuando se conocieron los primeros casos, era pieza de museo.

Hay puestas de acuerdo que no son conspiraciones, pero cuyos efectos son los mismos. Como no había de otra, se hicieron las correcciones de lugar.

Pervive lo malo de antes sin que se resolvieran las dificultades de ahora. Como un tren que se supone en marcha: hace ruido y echa humo, pero no avanza. Y eso de que el remedio resulta peor que la enfermedad, no es una situación dominicana. En Méjico sucedió otro tanto con el problema del narcotráfico.

Calderón tiró la Guardia a las calles, creyendo que sería más efectiva que la Policía, y ocurrió todo lo contrario. Desató una guerra entre bandas y contra las bandas con un saldo mayor de muertos. El nuevo gobierno rectifica el rumbo y en vez de vara va a usar la palabra, renegando de la vieja escuela de que la letra con sangre entra.

¿No debiera pensarse lo mismo respecto a las políticas con que se enfrenta la violencia contra la mujer? Si no han sido un fracaso, andan cerca. Ni disuaden, ni atemorizan, y como consecuencia, los hombres son ahora más bestias.