Chávez en La Habana

Hugo Chávez, presidente electo de Venezuela, no tomará posesión de su cargo hoy, como correspondía.

Chávez es un militar metido a político que mezcla para gobernar el "ordeno y mando" del cuartel con el populismo del iluminado "destinado" a salvar la patria. Visto de fuera, los que apoyan las "dictaduras con respaldo popular" le adoran y los que no... encuentran su "librito" francamente insufrible.

La cuestión es que tanto él como sus fervorosos seguidores se han aferrado al poder de una manera inconcebible en una democracia. Sabía, cuando se presentó como candidato, que ya estaba muy enfermo y que si ganaba crearía un problema serio a su país.

Nada de eso importó. Ahora está (se filtra pero no se explica) en coma inducido, en un país extranjero y los venezolanos asisten atónitos a un ir y venir de altos cargos que se reúnen en La Habana como si eso fuera una situación aceptable.

Las "soluciones" que se van improvisando son acuerdos a puerta cerrada en los que se interpretan leyes y reglamentos según conviene al círculo más íntimo de este ex militar golpista, que en su momento también sufrió una intentona de golpe.

Chávez ya no gobierna ni gobernará aunque siga siendo el presidente nominal (y electo) de Venezuela, un país demasiado rico, demasiado grande, demasiado importante en América, como para vivir en este compás de espera. Todo eso en medio de una situación económica preocupante, un clima social crispado y una violencia callejera incontrolable.

IAizpun@diariolibre.com