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La voz que no se oye

Entre las voces que se oyen, a favor o en contra, de la decisión del Poder Ejecutivo de reconocer como propietarios con derechos a los que antes acusó de invasores en los terrenos de Pedernales, falta la del Poder Judicial.

Lo menos que el Ejecutivo ha llamado al Judicial es incapaz. Pero éste no ha dicho nada. Ha cuestionado su aptitud para dirimir un asunto de titulación de tierras, y no ha dicho nada. Ha desconocido su potestad para emitir sentencias que el Ejecutivo debe cumplir... y no ha dicho nada. ¡Ha decidido arbitrariamente eliminar el proceso para que ni siquiera haya sentencia! Y no ha dicho nada.

(La independencia de los poderes, se creía, es otra cosa.)

No es un asunto sin importancia. Imaginen esa modalidad de manejar los asuntos judiciales en cualquier otra jurisdicción, en cualquier otro campo. ¿Estamos todos vendidos, sujetos a que un gobierno, del partido que sea, decida terminar los procesos legales a decretazo limpio?

No será la primera vez, suspiran los pesimistas. Bueno, pues esta es la que no va a ser, se empeñan los optimistas.

No hay por dónde agarrar el tema legal . Si no, no se habría puesto en marcha esa campaña sentimentalista de que el Sur tiene derecho al desarrollo y que "los malos" se oponen.

Los que propugnan por un desarrollo turístico del Sur sobre bases legales, sobre modelos ambientales científicos y severamente supervisados, no quieren que Pedernales se muera de pobre. De lo que se trata es de evitar que los avivatos de siempre terminen de matarlo.

IAizpun@diariolibre.com