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La Neuroeconomía: Prometedor ejemplo de las nuevas neurociencias

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La Neuroeconomía: Prometedor ejemplo de las nuevas neurociencias

La neuroeconomía nace como un programa de investigación basado en las herramientas de la economía y las neurociencias contemporáneas las cuales agregan gran complejidad al estudio de la economía.

El interés por el funcionamiento del sistema nervioso que motivó el uso de las herramientas neurocientíficas data de la antigüedad y se nutre originalmente de áreas como la medicina y la fisiología, hasta constituirse en una ciencia 'independiente', enriquecida por el trabajo pionero de muchos como Golgi, Ramón y Cajal, Hodgkin, Huxley y Brodmann.

En realidad la neurociencia siempre ha interactuado, incluso hoy, con áreas como la biología, la química, las matemáticas, la computación, pero algunos de los ejemplos más recientes de su diversificación son la neuroeconomía, el neuromercadeo y la neurociencia educacional, áreas que emergen como campos respetables y dignos de sus propias asociaciones, programas educativos y revistas científicas, aunque a veces sometidas al escrutinio suspicaz de los científicos más puristas.

¿Qué es la neuroeconomia?

La neuroeconomía es un complejo 'programa de investigación' que utiliza instrumentos científico-técnicos de las neurociencias para abordar las preguntas planteadas por las ciencias económicas. Estos instrumentos consisten en juegos computarizados, pruebas de lápiz y papel, resonancia magnética funcional y electroencefalografía, entre otros, y son medidas indirectas de los substratos neurales de los sujetos estudiados frente a ciertos estímulos o situaciones. La neuroeconomía relaciona la toma de ciertas decisiones con la activación de estructuras cerebrales específicas (como la corteza prefrontal); y más aún, asocia patrones de activación con decisiones 'emocionales', 'impulsivas', o 'racionales' de los sujetos.

Según Davis (2010), la neuroeconomía se interesa además en la identidad del individuo económico, con una visión que combina al sujeto definido por la economía como un 'constructo teórico', con el sujeto que la neurociencia define como un conjunto de estructuras biológicas. De hecho, algunos ven la neuroeconomía como una extensión de la economía conductual que incorpora la evidencia neurocientífica a la conducta económica del individuo. Otros la consideran una extensión de la economía neurocelular, que utiliza herramientas de las matemáticas como la elaboración de modelos para crear proyecciones y predecir conductas.

En definitiva, la neuroeconomía nace de la neurociencia y la economía para proporcionar acceso experimental a diferentes estructuras y procesos cerebrales, lo que representa una expansión del conocimiento tradicionalmente basado en simples inferencias. Su principal objetivo es describir los substratos neurales asociados a las tomas de decisiones basadas en conceptos propuestos por la economía, como es el caso de los incentivos (Hasler, 2012).

Esta joven ciencia enfrenta el reto de demostrar que puede reformular los problemas generados por la ciencia económica, de manera que plantee nuevas preguntas para la economía, en lugar de abultar los datos ya existentes en esta disciplina. Lo interesante es que los Estados Unidos y Europa no son las únicas regiones trabajando en este campo: en Latinoamérica también se está haciendo. Y en República Dominicana, ¿nos animamos?