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Negocios en Semana Santa

Crónicas de épocas pretéritas hacen mención de un gran silencio durante la Semana Santa. Debido a la devoción religiosa prevalecía en el país un ambiente de recogimiento, en el cual los alborotos eran mal vistos.

Es evidente que las cosas han cambiado mucho. Hoy, la Semana Santa es un período de asueto, aprovechable para ir a playas y montañas, retornar a pueblos con ánimo festivo, y participar en toda clase de francachelas.

Desde el ángulo económico existe todo un conjunto de negocios que se activan en estos días. Hoteles y restaurantes, líneas de autobuses, tiendas de sandalias y ropa de playa, ventas de pescado y frituras, suplidores de piscinas plásticas y protectores solares, dueños de botes, servicios de ambulancias y estaciones de expendio de combustibles participan de la bonanza.

Es una oportunidad más para ganar dinero, como pueden ser el día de los enamorados y el período de reapertura de clases. Los vendedores de biblias, escapularios, rosarios, velas y crucifijos, que otrora hacían su agosto en esta época, ya ni siquiera se mencionan.

No hay aquí tradición de instalar obras teatrales callejeras que recrean la pasión de Cristo. Pero lo que sí abundan son los accidentes de tránsito, contusiones, ahogamientos, insolaciones e intoxicaciones alcohólicas que mantienen ocupadas las salas de emergencia de los hospitales.

Ya desapareció aquí la costumbre de esconder y regalar huevos de pascua al concluir la semana. Persiste en España, Argentina, Chile, Perú, Brasil, Portugal, Alemania, Polonia y otros lugares. En los Estados Unidos, el 20% de las ventas anuales de chocolate se concentra alrededor de ese día.

Muchos ladrones continúan trabajando en Semana Santa, pues están al acecho de casas vacías, viajeros perdidos y vehículos poco vigilados. Otros ladrones, sin embargo, sí se toman un merecido descanso, pues tienen todo el resto del año para robar desde sus puestos y oficinas.

gvolmar@diariolibre.com