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Temores cumplidos

Al anunciar en abril pasado la compra de la división de telefonía móvil de Nokia, marca que con sus celulares miles de dominicanos cargan habitualmente en sus bolsillos y carteras, Microsoft enfatizó los aspectos positivos de la transacción. Minimizó el papel que el ejecutivo de Nokia y ex empleado de Microsoft jugó desde dentro, y habló de las ventajas que ambas partes obtendrían del acuerdo.

Hubo voces opuestas, lamentos en torno a la pérdida de lo que había sido el orgullo de la tecnología finlandesa, y advertencias de que los empleados de Nokia saldrían perjudicados. Pero dada la precaria situación de Nokia, la transacción siguió adelante.

La semana pasada Microsoft dio la razón a los críticos. Anunció el despido de 18,000 empleados a nivel mundial, incluyendo 12,500, casi la mitad, de los empleados de Nokia que habían ingresado debido a la transacción. Es el mayor número de despidos en toda la historia de la compañía, equivalente al 14% de su fuerza laboral.

La situación ilustra cómo un cambio de gerencia puede ser decisivo para los empleados arrastrados por una adquisición.

Cuando se formalizó la compra, por la administración anterior, la estrategia de Microsoft era fabricar y mercadear sus propios equipos móviles. Pero un nuevo ejecutivo, Satya Nadella, llegó con otras ideas y resolvió cambiar los planes. Decidió que Microsoft se concentraría en sus programas, servicios, sistemas y aplicaciones, un enfoque que otorga prioridad a la movilidad y la "nube".

Aún después de la transacción con Nokia, por la que pagó más de US$7 mil millones, los teléfonos inteligentes de Microsoft son apenas el 5% de las ventas mundiales de esos aparatos, habiendo vendido sólo 5.8 millones de unidades desde abril.

La división Nokia pierde dinero, US$700 millones en el último trimestre, y hasta mediados del 2016, aún después de los despidos de personal, no alcanzará un punto de equilibrio.

gvolmar@diariolibre.com