El Gobierno va saliendo a camino
El TC deberá hablar de nuevo, y no en un foro...
El gobierno no lo dirá, pero de seguro que ya habrá determinado qué sectores constituyen mayor fastidio, si los de afuera o los de adentro, respecto a la situación de los haitianos.
La verdad que cuando no es Juan, es Juana, y no debe olvidarse que lo de Juana es con gotera, y Juan es de los Palotes.
La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) pudo haber pasado sin gloria, pues fue dada a instancia de una haitiana que buscó amparo en esa corte.
Sin embargo, las penas de adentro pusieron el caso en las cuatro esquinas del mundo, y República Dominicana, su gobierno y su población, fue objeto de persecución internacional.
Con la ley y el reglamento, el gobierno va saliendo a camino, y los organismos no lo mandan a decir, sino que vienen directamente, y expresan su regocijo.
Todo debiera estar bien, y gobierno y población pasar esa página de tormento y oprobio. Pero no. La calentura se mantiene en la sábana.
Los grupos de adentro no se entregan, y van a seguir la pelea. El Constitucional deberá hablar de nuevo, y no en un foro, sino en su propia audiencia, y con el mazo de lo definitivo en la mano.
El gobierno no lo dirá, pero de seguro que ya habrá determinado qué sectores constituyen mayor fastidio, si los de afuera o los de adentro, respecto a la situación de los haitianos.
La verdad que cuando no es Juan, es Juana, y no debe olvidarse que lo de Juana es con gotera, y Juan es de los Palotes.
La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) pudo haber pasado sin gloria, pues fue dada a instancia de una haitiana que buscó amparo en esa corte.
Sin embargo, las penas de adentro pusieron el caso en las cuatro esquinas del mundo, y República Dominicana, su gobierno y su población, fue objeto de persecución internacional.
Con la ley y el reglamento, el gobierno va saliendo a camino, y los organismos no lo mandan a decir, sino que vienen directamente, y expresan su regocijo.
Todo debiera estar bien, y gobierno y población pasar esa página de tormento y oprobio. Pero no. La calentura se mantiene en la sábana.
Los grupos de adentro no se entregan, y van a seguir la pelea. El Constitucional deberá hablar de nuevo, y no en un foro, sino en su propia audiencia, y con el mazo de lo definitivo en la mano.