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Control y frontera

Parte de la sociedad dominicana rechaza el Reglamento de la Ley de Naturalización, porque teme que esa sea la puerta para una nacionalización sin control. Teme que se provoque un efecto llamada.

Al Gobierno le ha faltado explicar cómo y con qué medios cuenta para frenar la entrada de indocumentados por la frontera con Haití. No hay ONU, Biden o Van Rompuy que discuta que esa es una prerrogativa indelegable del gobierno dominicano.

Por décadas, el país ha tenido una política débil de control de frontera, intermitente y con grandes facilidades para el trasiego ilegal de bienes y tráfico de personas.

Si esta Ley y este reglamento buscan terminar con estas debilidades, identificar y regularizar a los inmigrantes que califiquen para la residencia y posterior ciudadanía de acuerdo a la sentencia del TC, debemos conocer también qué se está haciendo para detener el flujo.

Regularizar a los inmigrantes que residen aquí sin poner controles en la frontera no es solucionar un problema, es crear otro.