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¿Cuántos serán...?

El punto más flaco y vulnerable que tiene el proyecto del Gobierno para regularizar y luego naturalizar a los miles de inmigrantes irregulares que habitan en el país, es establecer cuántos son los candidatos a recibir la generosa medida.

En potencia, todo ciudadano haitiano califica siempre y cuando pueda probar que tiene un tiempo aquí.

Como los medios de prueba son tan laxos, bastará una declaración o un par de recibos para que esa persona pueda acogerse al plan. Si los Estados Unidos establecieran una política tan generosa, el autor de estas líneas fuera ciudadano de ese país, pues hace un tiempo tengo un teléfono con una empresa radicada en ese país y puedo mostrar recibos de que pago religiosamente el servicio.

Se puede entender el interés del Gobierno por resolver el problema y las presiones internacionales a que ha estado sometido, pero también se reconoce que la comunidad internacional entiende, cuando quiere entender, motivos serios y firmes.

El mayor problema es nuestro: la división que existe en el propio Gobierno entre "humanitarios" y "legalistas". Una posición firme del Estado dominicano podría conllevar a la firma de un tratado internacional entre Haití y la República Dominicana de regulación de mano de obra, donde los únicos que podrían aspirar a la nacionalidad dominicana serían los nacidos aquí que puedan probar su residencia ininterrumpida.

Lo demás es un "especial" de supermercado de la nacionalidad dominicana. Y así no.

atejada@diariolibre.com