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Orden público

El país no va a tener orden ni seguridad de ningún tipo, hasta que las inconductas no sean tratadas como lo que son: un atentado al orden público y a la paz ciudadana.

¿En qué país del mundo pueden unos camioneros bloquear un puerto (un asunto de seguridad nacional) y las autoridades no desalojarlos por las buenas o por las malas?

¿En qué país del mundo un jefe policial u otro de una rama de las fuerzas armadas van a dialogar con los delincuentes que están alterando el orden natural de las cosas, y les permiten que sigan violando la ley? Al hacerlo así están aceptando tácitamente que lo que hacen está bien, o que ellos no tienen autoridad para resolver un asunto que les concierne directamente.

¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando turbas haciendo asaltos con la excusa de embargos, o bloqueando calles y puertos?

El orden se impone por las buenas o por las malas. El delincuente escoge las vías. Si la persuasión no funciona, el Estado tiene el monopolio de la fuerza legal y debe ejercerlo.

Lo triste de todo es que los jefes no se atreven a actuar por temor a la reacción de los políticos que, en el análisis final, son los que tienen este país patas arriba.

Por permitir estas conductas es que tenemos los niveles de informalidad que nos gastamos, las reiteradas violaciones (permitidas) a la ley por parte de los sindicatos de transporte, y de cualquier "padre de familia", incluyendo militares y policías.

Sin orden no hay libertad ni paz.

atejada@diariolibre.com