Alarma por los precios
Gustavo Volmar
Oficiales policiales, adscritos al Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (DCIAT), apresaron ayer en Santiago a un hombre y una mujer que se dedicaban a estafar ciudadanos mediante la oferta de equipos electrónicos, en especial celulares y laptop, a través de una página de internet.
El electorado boliviano parece no compartir ese punto de vista, pues acaba de reelegir a Morales como presidente hasta el 2020. Aunque admite que es cierto que los altos precios ayudaron mucho, percibe que el gobierno logró que los beneficios llegaran a toda la población.
Pero por más hábil que el gobierno haya sido y pueda ser en el futuro, la caída de precios de exportación que ha venido sucediendo en las últimas semanas está sembrando dudas respecto de la sustentación del crecimiento de la economía, estimado oficialmente en torno a una tasa anualizada del 5.2% para los últimos dos meses del 2014. Una empresa minera cerró la semana pasada, y despidió a 140 trabajadores. Inversiones en capacidad de producción, realizadas a nivel mundial en respuesta a los altos precios, se han combinado con un más lento crecimiento de la demanda para hacer bajar los precios de las materias primas.
Los opositores al gobierno le acusan de pasividad. Señalan que otras naciones sudamericanas están tomando medidas para adaptar sus economías al descenso de las materias primas.
Sindicatos mineros reclaman que el Estado revoque las concesiones de las empresas que detienen sus operaciones y tome el control de las minas, esperando que haga algo que el sector privado no está dispuesto a hacer. Esperan que el gobierno siga pagando los salarios de los trabajadores, aún si la explotación minera deja de ser rentable, pero ya las elecciones pasaron, y el gobierno no está a la caza de votos.
El banco central de Bolivia dice que no hay por qué inquietarse. Predice que el PIB crecerá por encima del 5% en el 2015.
gvolmar@diariolibre.com
El electorado boliviano parece no compartir ese punto de vista, pues acaba de reelegir a Morales como presidente hasta el 2020. Aunque admite que es cierto que los altos precios ayudaron mucho, percibe que el gobierno logró que los beneficios llegaran a toda la población.
Pero por más hábil que el gobierno haya sido y pueda ser en el futuro, la caída de precios de exportación que ha venido sucediendo en las últimas semanas está sembrando dudas respecto de la sustentación del crecimiento de la economía, estimado oficialmente en torno a una tasa anualizada del 5.2% para los últimos dos meses del 2014. Una empresa minera cerró la semana pasada, y despidió a 140 trabajadores. Inversiones en capacidad de producción, realizadas a nivel mundial en respuesta a los altos precios, se han combinado con un más lento crecimiento de la demanda para hacer bajar los precios de las materias primas.
Los opositores al gobierno le acusan de pasividad. Señalan que otras naciones sudamericanas están tomando medidas para adaptar sus economías al descenso de las materias primas.
Sindicatos mineros reclaman que el Estado revoque las concesiones de las empresas que detienen sus operaciones y tome el control de las minas, esperando que haga algo que el sector privado no está dispuesto a hacer. Esperan que el gobierno siga pagando los salarios de los trabajadores, aún si la explotación minera deja de ser rentable, pero ya las elecciones pasaron, y el gobierno no está a la caza de votos.
El banco central de Bolivia dice que no hay por qué inquietarse. Predice que el PIB crecerá por encima del 5% en el 2015.
gvolmar@diariolibre.com
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