Empresarios
Los empresarios del transporte, tanto de carga como de pasajeros, gozan de un oligopolio que ha condicionado la actividad económica del país encareciendo ambos servicios. Los políticos han entrado en su juego.
No sorprende que los transportistas quieran ahora cambiar de escenario y aspiren a posiciones en las cámaras legislativas.
Acostumbrados a operar con todos los privilegios económicos posibles y a torcer el brazo al gobierno de turno con amenazas de violencia callejera, estos empresarios saben bien dónde está el poder para distribuirse el dinero público, que es el que ha mantenido sus corporaciones ganando dinero por décadas.
El pueblo dominicano merece un transporte público de calidad y que la libre competencia que nos ha dado tantos beneficios en otros campos sea una ley cumplida en el transporte.
Es el momento ya de parar esos privilegios. Ellos lo saben y preparan su pase a la política. Donde se reparta el dinero público, allá estarán.