Música en Jarabacoa
Inés Aizpún
La quema de más de 100 tareas de bosque seco en el Parque Nacional Jaragua no es un hecho aislado o extraordinario. No parece haber alarmado especialmente...
Esta zona protegida, en estado delicado de salud, es una preocupación constante para todo el que tiene un mínimo interés por la conservación del patrimonio natural del país. Es un ecosistema frágil con fauna en riesgo de extinción y que sean funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente los que están bajo investigación no anima a la esperanza. (Fueron "retirados" cuando Diario Libre fue a indagar).
Es una zona sobre la que las autoridades no tienen mucho control, y los abusos contra el Parque están más que documentados. La voluntad oficial en preservar la zona ha sido incluso cuestionada. Si no hay dinero para pagar guardabosques, debería haber intención política para perseguir con más fe a los infractores. No sólo en esa provincia.
Escribe un lector (E. Pérez) sobre su experiencia del fin de semana. Llevó a sus hijos a conocer el salto de Jiminoa, y se encontró con la sorpresa de que se cobraba entrada al río, pues había una actividad privada: "competencia de música de vehículos". Inconcebible.
La arrabalización ha trascendido los barrios urbanos depauperados. Se extiende como una mancha de aceite a sectores antes organizados, enclaves rurales con tanta basura como la capital, y llega a ríos, playas y montes...
El medio ambiente no es un tema duro de la agenda de este gobierno. Pero se podría hacer más.
IAizpun@diariolibre.com
Esta zona protegida, en estado delicado de salud, es una preocupación constante para todo el que tiene un mínimo interés por la conservación del patrimonio natural del país. Es un ecosistema frágil con fauna en riesgo de extinción y que sean funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente los que están bajo investigación no anima a la esperanza. (Fueron "retirados" cuando Diario Libre fue a indagar).
Es una zona sobre la que las autoridades no tienen mucho control, y los abusos contra el Parque están más que documentados. La voluntad oficial en preservar la zona ha sido incluso cuestionada. Si no hay dinero para pagar guardabosques, debería haber intención política para perseguir con más fe a los infractores. No sólo en esa provincia.
Escribe un lector (E. Pérez) sobre su experiencia del fin de semana. Llevó a sus hijos a conocer el salto de Jiminoa, y se encontró con la sorpresa de que se cobraba entrada al río, pues había una actividad privada: "competencia de música de vehículos". Inconcebible.
La arrabalización ha trascendido los barrios urbanos depauperados. Se extiende como una mancha de aceite a sectores antes organizados, enclaves rurales con tanta basura como la capital, y llega a ríos, playas y montes...
El medio ambiente no es un tema duro de la agenda de este gobierno. Pero se podría hacer más.
IAizpun@diariolibre.com
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