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opinion

Una Navidad muy emburujada...

Por los escándalos no se siente el olor a puerco asado...

Pasó el primer medio mes, y todavía no se siente el olor del cochinillo asado, y los que se hayan adelantado y degustado ese plato, lo habrán hecho al estilo español.

El aborto pudo ser cosa de un día o de dos, pero con el Palacio, las iglesias, las cámaras, y ahora los abogados, se tomará el mes entero. Y lo peor de todo es que cuando cesen las discusiones, cada sector seguirá creyendo lo que creía al principio.

Los políticos no se recogen, como sería propio en Navidad, pero tampoco hablan de canastas, ni de fundas, ni de cajas, como hizo el gobierno, y que de seguro cumplirá.

Los diputados ¿darán o no darán? Con todos estos afanes de fin de año, se perdió ese rastro, y no se sabe si con pito o con maraca. A menos que hayan cogido miedo a los escrupulosos de siempre.

Hasta ahora no han sido convocados, pero tampoco a Abel se le ve regalando los fondos del barrilito a los hospitales. Y que se considera una campaña financiada con dinero ajeno.

Aún no suena, o no con la fuerza de otros tiempos, pero fuera bueno que sí, y de ser posible renovado, a ritmo de reguetón, el "ábreme la puerta que estoy en la calle..."