Sospechan de la mesa que paga

Las autoridades sospechan, pero no saben de qué. Tienen que actuar, pero no tienen idea cómo. Hay locales, parroquianos, fiestas, cantantes y grupos musicales que mantienen en observación.

La balacera en una discoteca de Santiago disparó la alarma, y no quieren seguir asando batatas. La diversión no es inocente como antes, y los altos precios y el caro consumo dan la clave.

Hubo un tiempo en que la mesa que más aplaudía se llevaba la niña, pero ahora es la que más pague. Hay un todo incluido, o un VIP que levanta suspicacia.

No se creen el cuento de que una mesa que cueste seiscientos mil pesos en primera fila o trescientos mil en segunda, sea cosa de peloteros o de dominicanos ausentes, que con los bolsillos llenos de papeletas, quieren celebrar a todo lujo.

Suponen que hay algo más, y esa es la razón de esos operativos tipo atarraya, en que se agarra al peje grande y al pequeño, y que provocan olas en el agua, y ponen en riesgo la embarcación.

De manera que quien no bebió, que no invente, y si no comió, que se aguante, que en verdad os digo que no conviene viajar por los lados de San Cristóbal.

Diario Libre