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¿Qué pasa con la inteligencia?

Todo el mundo entra como perro por su casa...

No hace mucho que los medios dominicanos fueron sorprendidos con una información preocupante: uno de los terroristas de reciente actuación en Francia estuvo vacacionando en el país, sin que la Seguridad se pusiera en alerta.

Ese evidente descuido pudo deberse a muchas cosas, y todas malas. Por ejemplo, falta de un protocolo estricto de inteligencia, o una migración abierta, que no discrimina ni hace reserva, o la carencia o no actualización de un registro de individuos peligrosos.

Etcétera, etcétera.

República Dominicana vive a las buenas de Dios, y eso explica la presencia en su territorio de sujetos fugados o fichados en sus países de origen, y que se haya convertido en un santuario de delincuentes internacionales.

La llegada de Quirino no es igual, pero se parece. Vino sin avisar, y entró por el aeropuerto como perro por su casa, y como si fuera un ilusionista, desapareció ante los ojos de nadie, pues su espectáculo no tuvo público.

No era que tuviera impedimento, ni que hubiera que detenerlo, pero intriga que las autoridades no fueran advertidas ni se tomaran providencias.

Al final, muchas llaves y ningún candado.