Piénsenlo mejor

Es necesario preguntarse, ¿para qué quiere el Partido de la Liberación Dominicana aprobar una ley de partidos que no mejora la transparencia en los comicios, que no avanza la causa de las mujeres, y que no impide que el dinero del narcotráfico participe en las elecciones?

Una ley, además, que puede ser impugnada por ante todos los tribunales del país, afectando su aplicación efectiva para los comicios del 2016.

Se pudiera entender que los partidos hubiesen negociado plazos para la vigencia de ciertas disposiciones. Eso, al menos, hubiera dado la apariencia de sensatez. Falta poco más de un año para los comicios del 2016, y es posible que algunas disposiciones sea mejor aplazarlas, pero con el consenso roto y la prisa por pasar una ley a como de lugar, es difícil recoger el agua derramada.

Una mala ley, y ésta, aunque tenga avances mínimos, lo es, sólo serviría para desacreditar el sistema de partidos, y los méritos que se han obtenido en la organización electoral, pues unas elecciones con las malas prácticas que no sanciona la nueva ley hace perder legitimidad al proceso y, en consecuencia, a las autoridades que surjan del mismo.

En las actuales circunstancias, lo sensato sería que los partidos se den un plazo para pensarlo mejor, y acuerden un calendario de aplicación de reformas serias, que indiquen un camino directo a la institucionalidad partidaria y a la legitimidad del sistema. Lo otro, sería una oportunidad perdida. Este pueblo no se merece eso.

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