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A debatir el futuro

Existiendo tantos asuntos importantes pendientes de solución, sería deplorable que la campaña para las elecciones del 2016 girase en torno a eventos del pasado, dominada por recriminaciones por el comportamiento de los candidatos durante su desempeño como gobernantes.

Lamentablemente, campañas con esa clase de contenido negativo despiertan mucho interés por las acusaciones recíprocas que son vertidas, con detalles y revelaciones que entretienen a la población y proveen abundante material para los programas noticiosos y las redes sociales.

La perspectiva de que los contendientes en los comicios del 2016 sean el presidente Medina, si la Constitución es modificada, y personas como Abinader, Vargas, Moreno y Antún, abre la posibilidad de que el debate electoral se desarrolle en función de propuestas para el futuro, en lugar de ser orquestada alrededor de hechos ocurridos en años anteriores.

Los candidatos de la oposición, por supuesto, no han ocupado la presidencia de la república y tendrán que mirar hacia el futuro, pero es seguro que Medina haría uso de las realizaciones alcanzadas por su gobierno, sobre todo ya que cuenta con un buen nivel de aprobación en la opinión pública. Pero sin graves fallos aprovechables de los contrincantes, resaltar sólo los logros obtenidos como mecanismo de campaña cautiva menos al electorado, lo que hace posible que el enfoque del presidente se oriente también a lo que haría en su segundo mandato.

Es posible además, y sumamente deseable, que por primera vez se lleven a cabo debates públicos entre los candidatos, en los cuales cada uno de ellos presente y defienda sus planteamientos.

Rechazados hasta ahora por los candidatos punteros para no arriesgar su ventaja, como si fueran un instrumento desechable a su mejor conveniencia, los debates deben ser reconocidos como un derecho de los votantes para conocer, contrastar y ponderar las diferentes propuestas.

gvolmar@diariolibre.com