El aborto terapéutico

Señor Presidente:

En el País hay una fuerte presión para que se despenalice el llamado "aborto terapéutico", el cual se traduce exclusivamente en la frase "peligro a la salud de la madre". Es bueno aclarar que eliminar la vida de un bebé en el vientre no cura ninguna enfermedad, y "peligro a la salud de la madre" es un concepto amplio, ambiguo y que se presta a fáciles abusos.

Es bueno señalar que en el país no hay que despenalizar este tipo de aborto para que después de agotar diligentemente todos los recursos posibles con la finalidad de salvar ambas vidas un médico tenga que tomar una decisión a favor de un peligro real a la salud de la madre, es algo que se realiza y no es penalizado por el código penal, el cual señala en su artículo 10 la figura del estado de necesidad que consiste en: "no ser penalmente responsable, la persona que, ante un peligro actual o inminente que la amenaza a ella o a otra persona realice o ejecute un acto u omisión tipificado como infracción por este Código o la legislación penal especial vigente."

No es tan difícil darnos cuenta de lo que hay detrás de quitar la pena al "aborto terapéutico", ya que no es más que una puerta hacia la liberación total de los abortos. Esto así, porque países que han despenalizado este crimen comenzaron haciéndolo con éste y actualmente en esas naciones hay un abuso sin precedentes, hasta tal punto que el 90% de los miles de aborto que se realizan en el mundo no entran en la categoría que se ha designado para legalizarlo (esto según informes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad España año 2013, y el Christian Medical Fellowship Gran Bretaña año 2012). En el caso de Estados Unidos se practican alrededor de 3,000 abortos por día, que es más de un millón al año (según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, CDC). El aborto legal es una de las principales causas de mortalidad materna en el mundo, pero esta información no es muy popular, porque detrás del aborto hay un negocio millonario.

Presidente Medina, no se deje engañar, vote por la vida y defienda el derecho que tiene todo ser humano de vivir. Dios es el dueño, dador y el autor de la vida humana (Génesis 2:7) (Salmos 139:13), él condena el aborto (Éxodo 20:13).

Lic. Julián Musa

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