Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
opinion

Preludio

En América Latina es un caso común que los líderes provengan de clases sociales bajas, y por el uso del poder se vuelvan ricos. Sólo hay que observar a los Trujillo, a los Somoza y a los Stroessner, para no hablar de los modernos.

El uso de los recursos que provee el Estado es el instrumento para hacerse ricos y mantenerse en el poder. Sin embargo, muchos pierden de vista que el fenómeno moderno tiene raíces hondas. Los hombres fuertes del pasado y las élites partidarias de hoy, usan no sólo la violencia y la corrupción para dominar a los ciudadanos, sino que ambas formas, violencia y corrupción, tienen nuevos matices más sutiles.

La diferencia entre una época y la actual es que ahora hay más consciencia en la población, aunque su aburguesamiento le impida protestar contra el orden de cosas que cada día la empobrece más.

Pero esa actitud no puede durar mucho tiempo, y puede estallar en cualquier momento, porque el germen de la violencia social está implícito en el modelo corrupto de hoy.

Unos partidos cada día más débiles y corrompidos se mostrarán cada vez más incapaces de articular las aspiraciones de la sociedad y una población más desesperada optará por las vías que solo ofrece la calle.

El fracaso de los partidos de crear instituciones estatales fuertes debido a su propia corrupción, los llevará a la sepultura.

La crisis que observamos en el partido de gobierno es el preludio de la gran revolución moral que se ha venido postergando. No le falta mucho.

atejada@diariolibre.com