Tierra de nadie
Diario Libre
Las provincias del Cibao tienen fama de ser tierras productivas, de gente dedicada al trabajo, pero de buenas a primeras se han convertido en campo de guerra, donde la delincuencia campea por sus respetos.
El índice de crímenes ha crecido exponencialmente en Santiago, Moca y otras comunidades. Son asesinatos entre bandas de narcotraficantes y asaltos a gente indefensa para calmar vicios o para iniciar a guerreros del crimen en sus dañinas actividades delictivas.
La Policía se muestra indefensa ante los avances de la criminalidad. En Moca, por ejemplo, han sustituido a media docena de jefes policiales, y la delincuencia sigue creciendo. En Santiago, el clima ya es irrespirable, pues nadie quiere aventurarse a las calles, y ser el sujeto de una crónica roja. La historia se repite en otras comunidades.
La geografía nacional es demasiado pequeña para que los delincuentes puedan tener santuario. Las autoridades tienen que mostrarse firmes frente al crimen, o no tendremos Patria, como decía Duarte.
Diario Libre
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